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La copaternidad después de una separación o un divorcio no suele ser fácil. Estos consejos sobre la custodia compartida pueden ayudar a dar a sus hijos la estabilidad, seguridad y estrecha relación con ambos padres que necesitan.
A menos que su familia se haya enfrentado a problemas graves como la violencia doméstica o el abuso de sustancias, la copaternidad, en la que ambos padres desempeñan un papel activo en la vida cotidiana de sus hijos, es la mejor manera de garantizar que se satisfagan todas las necesidades de sus hijos y de permitirles mantener una relación estrecha con ambos progenitores. La calidad de la relación entre los padres también puede tener una gran influencia en el bienestar mental y emocional de los niños, y en la incidencia de la ansiedad y la depresión. Por supuesto, dejar a un lado los problemas de pareja, sobre todo después de una separación agria, para ejercer la copaternidad de forma agradable es a veces más fácil decirlo que hacerlo.
Los acuerdos de custodia compartida pueden ser agotadores, exasperantes y estar cargados de estrés, especialmente si mantiene una relación conflictiva con su expareja. Puede que le preocupe la capacidad de su expareja para criar a sus hijos, sentir estrés por la manutención u otras cuestiones financieras, que tenga agotamiento por los conflictos o que piense que nunca podrá superar todos los resentimientos de su relación.
Tomar decisiones compartidas, interactuar durante los intercambios o simplemente hablar con una persona de la que preferiría olvidarse por completo pueden parecer tareas imposibles. Sin embargo, por el bien de sus hijos, es posible que supere los retos de la copaternidad y desarrolle una relación cordial con su ex. Con estos consejos, puede mantener la calma, ser consistente y resolver los conflictos para que la custodia compartida funcione y sus hijos puedan prosperar.
La clave del éxito de la copaternidad es separar la relación personal con su expareja de la relación de copaternidad. Puede que le resulte útil empezar a pensar en su relación con su expareja como una relación completamente nueva, una relación en la que todo gira en torno al bienestar de sus hijos y no en torno a ninguno de los dos.
[Lea: Los hijos y el divorcio]
Puede que su matrimonio se haya acabado, pero su familia no; actuar con el bienestar de sus hijos en mente es su prioridad más importante. El primer paso para ejercer la copaternidad con madurez y responsabilidad es anteponer siempre las necesidades de sus hijos a las suyas propias.
A través de su colaboración de copaternidad, sus hijos deben saber que ellos son más importantes que el conflicto que puso fin al matrimonio y comprender que su amor por ellos prevalecerá a pesar de las circunstancias cambiantes. Los niños cuyos padres divorciados tienen una relación de cooperación:
El éxito de la copaternidad significa que sus propias emociones, cualquier enojo, resentimiento o herida, deben pasar a un segundo plano ante las necesidades de sus hijos. Hay que admitir que dejar de lado esos sentimientos tan fuertes puede ser la parte más difícil de aprender a trabajar de forma cooperativa con su expareja, pero también es quizá la más vital.
[Lea: Cómo lidiar con una separación o un divorcio]
La copaternidad no tiene que ver con sus sentimientos ni con los de su expareja, sino con la felicidad, la estabilidad y el bienestar futuro de su hijo.
Está bien sentirse herido y enojado, pero sus sentimientos no tienen por qué dictar su comportamiento. En lugar de eso, deje que lo que es mejor para sus hijos, que es que usted trabaje en cooperación con el otro padre, motive sus acciones.
Desahogue sus sentimientos en otra parte. Nunca se desahogue con su hijo. Los amigos, los terapeutas o incluso una mascota cariñosa pueden ser buenos oyentes cuando necesite desahogarse de sus sentimientos negativos. El ejercicio también puede ser un desahogo saludable para descargarse.
Manténgase enfocado en los niños. Si se siente enojado o resentido, intente recordar por qué debe actuar con determinación y gracia: está en juego el beneficio de su hijo. Si su enojo se siente abrumador, mirar una fotografía de su hijo puede ayudarle a calmarse.
Puede que nunca pierda por completo el resentimiento o la amargura por la ruptura, pero lo que puede hacer es compartimentar esos sentimientos y recordarse que son sus problemas, no los de su hijo. Decida mantener sus problemas con su ex lejos de sus hijos.
Nunca utilice a los niños como mensajeros. Cuando utiliza a sus hijos para transmitir mensajes al otro padre, los pone en el centro de su conflicto. El objetivo es mantener a su hijo al margen de los problemas de su relación, así que llame o envíe un correo electrónico directamente a su expareja.
Guárdese sus problemas para usted. Nunca diga cosas negativas sobre su expareja a sus hijos, ni les haga sentir que tienen que elegir. Su hijo tiene derecho a una relación con su otro padre libre, de la influencia de usted.
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Realice la evaluación HelpGuide es un apoyo para el usuario. Ganamos una comisión si se registra en los servicios de BetterHelp después de hacer clic en este sitio. Obtenga más informaciónUna comunicación pacífica, consistente y propositiva con su expareja es esencial para el éxito de la copaternidad, aunque pueda parecer absolutamente imposible. Todo comienza con su actitud. Piense que la comunicación con su expareja tiene el propósito más importante de todos: el bienestar de su hijo. Antes de tener contacto con su expareja, pregúntese cómo afectarán sus acciones a su hijo, y decídase a comportarse con dignidad. Convierta a su hijo en el centro de todas las conversaciones que mantenga con su expareja.
Recuerde que no siempre es necesario reunirse con su expareja en persona: hablar por teléfono o intercambiar mensajes de texto o correos electrónicos está bien para la mayoría de las conversaciones. El objetivo es establecer una comunicación sin conflictos, así que vea qué tipo de contacto funciona mejor para usted.
Sea cual sea la forma que elija para mantener el contacto, los siguientes métodos pueden ayudarle a iniciar y mantener una comunicación eficaz:
Establezca un tono parecido al empresarial. Trate la relación con su expareja como una asociación empresarial en la que su «negocio» es el bienestar de sus hijos. Hable o escriba a su expareja como lo haría con un compañero de trabajo: con cordialidad, respeto y neutralidad. Relájese y hable despacio.
Haga solicitudes. En lugar de hacer declaraciones, que pueden malinterpretarse como exigencias, intente estructurar todo lo que pueda como una solicitud. Las peticiones pueden comenzar con: «¿Estarías en la disposición para…?» o «¿Podemos intentar…?».
Escuche. Comunicarse con madurez empieza por escuchar. Aunque acabe estando en desacuerdo con el otro padre, al menos debería poder transmitir a su expareja que ha comprendido su punto de vista. Y escuchar no significa aprobar, así que no perderá nada por permitir que su expareja exprese sus opiniones.
Demuestre autocontrol. Tenga en cuenta que la comunicación entre ustedes va a ser necesaria durante toda la infancia de sus hijos, si no es que más. Puede entrenarse para no reaccionar de forma exagerada ante su expareja y, con el tiempo, puede volverse insensible a los botones de provocación que esa persona intenta presionar.
Comprométase a reunirse o hablar con regularidad. Aunque pueda resultar extremadamente difícil en las primeras etapas, la comunicación frecuente con su expareja transmitirá a sus hijos el mensaje de que usted y el otro padre son un frente unido.
Mantenga las conversaciones enfocadas en los niños. Nunca deje que una conversación con su expareja se desvíe hacia una conversación sobre las necesidades de usted o la otra parte; siempre debe tratarse solo de las necesidades de su hijo.
Alivie rápidamente el estrés en el momento. Puede parecer imposible mantener la calma cuando se lidia con una expareja difícil que le ha hecho daño en el pasado o que tiene un verdadero don para sacarle de quicio. Pero practicando técnicas rápidas para aliviar el estrés, puede aprender a mantener el control cuando la presión aumenta.
Si verdaderamente está en la disposición de reconstruir la confianza después de una ruptura, actúe con sinceridad en sus esfuerzos. Recuerde el beneficio que habrá para sus hijos mientras avanza para mejorar su relación.
La paternidad está llena de decisiones que tendrá que tomar con su expareja, tanto si se llevan bien como si no. Cooperar y comunicarse sin exabruptos ni discusiones hace que la toma de decisiones sea mucho más fácil para todos. Si apuesta por la consistencia, la cordialidad y el trabajo en equipo con el otro padre, los detalles de las decisiones sobre la crianza de los hijos tienden a encajar.
Es saludable que los niños estén expuestos a diferentes perspectivas y aprendan a ser flexibles, pero también necesitan saber que viven bajo el mismo conjunto básico de expectativas en cada hogar. Buscar la consistencia entre su hogar y el de su expareja evita confusiones a sus hijos.
Reglas. Las reglas no tienen por qué ser exactamente las mismas en los dos hogares, pero si usted y su expareja establecen unas pautas generales consistentes, sus hijos no tendrán que ir y venir entre dos entornos disciplinarios radicalmente distintos. En ambos hogares deben seguirse reglas importantes de estilo de vida, como los deberes, la hora de llegada y las actividades que no están permitidas.
Disciplina. Intente seguir sistemas similares de consecuencias para las reglas que se rompan, aunque la infracción no haya ocurrido bajo su techo. Así que, si sus hijos perdieron los privilegios de ver la televisión mientras estuvieron en casa de su expareja, cumpla con la restricción. Lo mismo puede hacerse para recompensar el buen comportamiento.
Horarios. En la medida de lo posible, procure que los horarios de sus hijos sean consistentes. Hacer que las comidas, los deberes y la hora de acostarse sean similares puede contribuir en gran medida a que su hijo se adapte a tener dos hogares.
Las decisiones importantes deben ser tomadas tanto por usted como por su expareja. Abordar cuestiones importantes con franqueza, honestidad y claridad es crucial tanto para su relación con su expareja como para el bienestar de sus hijos.
Necesidades médicas. Tanto si deciden designar a uno de los padres para que se comunique principalmente con los profesionales de la atención médica como si acuden juntos a las citas médicas, manténganse mutuamente informados.
Educación. Asegúrese de comunicar a la escuela los cambios en la situación de vida de su hijo. Hable con su expareja con antelación sobre los horarios de clase, las actividades extraescolares y las reuniones de padres y profesores, y sean educados el uno con el otro en los eventos escolares o deportivos.
Cuestiones financieras. El costo de mantener dos hogares separados puede poner a prueba sus intentos de ser padres eficaces. Establezca un presupuesto realista y lleve un registro preciso de los gastos compartidos. Tome con madurez la situación si su expareja ofrece a sus hijos oportunidades que usted no puede proporcionarles.
Al ejercer la copaternidad, es inevitable que usted y su expareja no estén de acuerdo en ciertas cuestiones. Tenga en cuenta lo siguiente cuando intente llegar a un consenso.
El respeto puede hacer mucho. Los modales simples deben ser la base de la copaternidad. Actuar con consideración y respeto incluye avisar a su expareja de los eventos escolares, ser flexible con su horario cuando sea posible y tomarse en serio la opinión de la otra persona.
Manténgase en contacto. Si no están de acuerdo en algo importante, tendrán que seguir comunicándose. Nunca discuta sus diferencias de opinión con su hijo o delante de él. Si siguen sin ponerse de acuerdo, puede que necesiten hablar con un tercero, como un terapeuta o un mediador.
[Lea: Habilidades de resolución de conflictos]
No le dé demasiada importancia a las cosas pequeñas. Si no está de acuerdo sobre cuestiones importantes como una operación médica o la elección de escuela para su hijo, por supuesto, mantenga la conversación activa. Pero si quiere que su hijo se acueste a las 7:30 y su ex dice que a las 8:00, déjelo pasar y guarde su energía para los problemas más grandes.
Ceda. Sí, tendrá que aceptar el punto de vista de su expareja tan a menudo como esa persona acepte el suyo. Puede que no siempre sea su primera opción, pero ceder les permite a ambos «ganar» y hace que los dos sean más propensos a ser flexibles en el futuro.
El traslado en sí de un hogar a otro, tanto si se produce cada pocos días como si solo ocurre ciertos fines de semana, puede ser un momento muy duro para los niños. Cada reencuentro con uno de los padres es también una separación con el otro, cada «hola» es también un «adiós». Aunque los intercambios son inevitables, hay muchas cosas que puede hacer para ayudar a que sean más fáciles para sus hijos.
Mientras los niños se preparan para salir de su casa hacia la de su expareja, intente mantenerse positivo y entregarlos a tiempo.
Ayude a los niños a anticipar el cambio. Recuerde a los niños que se irán a casa del otro padre uno o dos días antes de la visita.
Haga las maletas con antelación. Dependiendo de su edad, ayude a los niños a hacer las maletas mucho antes de partir para que no olviden nada que puedan echar de menos. Anímeles a empacar recuerdos familiares como un peluche especial o una fotografía.
Siempre pase a dejar y nunca recoja al niño. Es una buena idea evitar «quitarle» su hijo al otro padre para no correr el riesgo de interrumpir o limitar un momento especial. En su lugar, pase a dejar a su hijo en casa del otro padre.
El comienzo del regreso de su hijo a casa puede ser incómodo o incluso accidentado. Para ayudar a su hijo a adaptarse:
Mantenga el ambiente relajado Cuando los niños lleguen a su casa, intente pasar tiempo con ellos: lean un libro o realicen alguna otra actividad tranquila.
Que haya objetos duplicados Para que sea más fácil hacer la maleta y para que los niños se sientan más cómodos cuando estén en casa del otro padre, haga que los niños tengan ciertos artículos básicos, cepillo de dientes, cepillo de pelo, pijama, en ambas casas.
Es importante darle espacio a su hijo. Los niños suelen necesitar un poco de tiempo para adaptarse al cambio. Si parece que necesitan algo de espacio, haga otra cosa cerca. Con el tiempo, las cosas volverán a la normalidad.
Establezca una rutina especial. Jueguen a algo o sirva la misma comida especial cada vez que su hijo vuelva. Los niños prosperan con la rutina. Si saben exactamente qué esperar cuando vuelvan con usted, esto puede ayudarles con el cambio.
Es habitual que los niños en custodia compartida a veces se nieguen a dejar a uno de los padres para quedarse con el otro.
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