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Crianza de los hijos

Trastorno de relación social desinhibida (DSED)

Ser padre de un niño excesivamente amistoso con los extraños puede ser estresante y un reto emocional. Pero si reconoce los síntomas de este trastorno del apego, podrá mantener a su hijo a salvo y construir un vínculo seguro.

¿Qué es el trastorno de relación social desinhibida (DSED)?

El trastorno de relación social desinhibida (DSED, por sus siglas en inglés) es un trastorno del apego en el que el niño se comporta amistoso sin criterio, es decir, muestra una falta de límites sociales apropiados con extraños. Un niño con DSED no duda en hablar con extraños o buscar consuelo físico, como abrazos, de una persona que no sea su padre o cuidador. Incluso pueden irse con una persona que acaban de conocer.

Por supuesto, todos los niños tienen temperamentos diferentes. Mientras que algunos niños son tímidos y se aferran a sus padres, otros son más comunicativos y muestran más independencia. Sin embargo, es posible que un niño se muestre demasiado abierto y dispuesto a relacionarse con adultos desconocidos, e incluso que se ponga en grave peligro.

Algunos niños con DSED tienen preferencias en sus apegos, lo que significa que recurrirán a su padre o a su madre en busca de consuelo, pero siguen mostrando falta de autocontrol al momento de acercarse a extraños. En otros casos, un niño con DSED puede no mostrar ninguna preferencia de apego, por lo que es tan probable que recurra a un extraño en busca de atención como a sus propios padres.

Si su hijo tiene DSED, la falta de discreción social puede ser una fuente constante de estrés. Puede que le dé miedo salir con su hijo en público porque podría entablar conversación con un desconocido peligroso. O le preocupa que incomode a los demás por hablar demasiado, llamar la atención o entrometerse. Dado que algunos trastornos de la personalidad tienen su origen en problemas de apego, también puede temer que el DSED provoque dificultades en las relaciones a medida que su hijo crezca.

Como trastorno del apego, el DSED se desarrolla a una edad temprana. Sin embargo, esto no significa que su hijo esté “descompuesto” o sea incapaz de desarrollar límites sociales sanos. Con su paciencia y esfuerzo, puede reparar los problemas de apego y permitir que su pequeño disfrute de una infancia físicamente segura y emocionalmente protegida.

Diferencias entre el DSED y el TRA

Un niño con trastorno reactivo de apego (TRA o RAD, por sus siglas en inglés) tiene dificultades para controlar sus emociones y crear vínculos con los demás, incluidos sus padres. Puede mostrarse retraído e hipervigilante, pero poco dispuesto a buscar consuelo. Incluso puede actuar con indiferencia o agresividad cuando usted intenta cargarlo o abrazarlo.

Los niños con TRA tienden a ser menos extrovertidos y expresivos emocionalmente que los niños con DSED. Sin embargo, al igual que el DSED, el TRA tiene sus raíces en experiencias traumáticas a temprana edad que repercuten en el apego, como la negligencia emocional. En un punto, el DSED se consideró un subtipo de RAD. Sin embargo, los expertos las consideran ahora afecciones distintas.

[Lea: Problemas de apego en los niños]

Causas y factores de riesgo

El DSED puede estar causado por interrupciones en el apego temprano, es decir, la profunda conexión emocional que se forma entre un bebé y su cuidador principal. Por ejemplo, si uno de los padres está ausente, es abusivo, negligente o no quiere o no puede ofrecer apoyo emocional, esto puede repercutir en el apego. Los eventos traumáticos, como la muerte de uno de los padres, pueden provocar que el niño pase por múltiples cuidadores y afectar también al apego.

Las investigaciones demuestran que el tiempo que se pasa en cuidados institucionales, como los orfanatos, puede aumentar el riesgo de que un niño desarrolle el DSED. En estas situaciones, el niño tiene menos oportunidades de formar un apego sólido y consistente con un cuidador específico. La colocación temprana en un entorno familiar estable puede ser eficaz para reducir los síntomas del DSED.

Es importante señalar que muchos niños que no reciben cuidados adecuados no desarrollan el DSED. Por lo tanto, otros factores, como la genética, también pueden desempeñar un papel en el desarrollo del trastorno.

Papel del estilo de apego del niño

Un estilo de apego es el resultado de las primeras experiencias del niño con un cuidador principal. Si el cuidador hizo que el niño se sintiera seguro y comprendido, es probable que desarrolle un estilo de apego seguro.

Si el cuidador no podía proporcionar un consuelo constante o no respondía a las necesidades del niño, es más probable que desarrolle uno de los tres tipos de apego inseguro: ambivalente, evitativo-despectivo o desorganizado. Los estilos de apego pueden tener un impacto duradero en las relaciones de una persona a lo largo de su vida.

[Lea: Cómo afectan los estilos de apego a las relaciones adultas]

Los niños con DSED pueden tener falta de apego o apego inseguro. Pero, sorprendentemente, incluso los niños con un apego seguro pueden mostrar señales de DSED. Es posible que uno de los padres fuera receptivo con el niño, pero que ese apego se interrumpiera después de alguna manera. El niño luego desarrolla una amabilidad sin criterio y una falta de recelo ante los extraños.

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Señales y síntomas del DSED

El DSED es poco frecuente en la población general. Sin embargo, algunas investigaciones muestran que aproximadamente el 20 % de los niños posinstitucionalizados (niños con antecedentes de haber estado en hogares de acogida u orfanatos) muestran algún grado de DSED.

Las señales del DSED tienden a aparecer en los dos primeros años de vida, y puede ser fácil confundir los síntomas con una disposición naturalmente amistosa. Una diferencia clave es que un niño con DSED tiende a ignorar los límites hasta un punto que puede resultar peligroso o socialmente inapropiado.

Estos son algunos síntomas que debe buscar:

No hay desconfianza de los extraños. Su hijo puede mostrarse intrépido o excesivamente emocionado cuando interactúa con adultos desconocidos. Puede intentar tomar la mano de un desconocido, por ejemplo, abrazarle o sentarse en su regazo. Puede que incluso lo haga cuando usted esté presente y disponible para ofrecerle consuelo. Su incapacidad para reconocer el espacio personal puede resultar incómoda para los extraños y peligrosa para el niño.

Hacen preguntas personales. Si el niño tiene edad suficiente para hablar, puede hacer preguntas a extraños que resulten intrusivas o causen vergüenza.

Se alejan sin mirar atrás. Puede que a su hijo le parezca cómodo aventurarse en entornos desconocidos, como un centro comercial o un parque temático, sin estar pendiente de usted. También puede irse con un extraño que le llame la atención.

Vínculos sociales superficiales. Puede que su hijo intente abrazar a compañeros con los que en realidad no está familiarizado o que trate a los extraños de la misma forma que a un mejor amigo. En los niños mayores, el DSED puede presentarse como un patrón de amistades superficiales y cortas. Por ejemplo, un niño mayor puede apresurarse a describir a alguien que acaba de conocer como un “mejor amigo”.

Comportamiento de búsqueda de atención. Es posible que su hijo se esfuerce por llamar la atención de sus compañeros y de los adultos, tal vez incluso recurriendo a comportamientos agresivos. Cuando no obtiene la atención que busca, puede enojarse o portarse mal.

Señales tempranas de advertencia

Si su hijo es demasiado pequeño para caminar o hablar, aún puede identificar las primeras señales del DSED. Alrededor de los 12 meses de edad, la curiosidad e intrepidez hacia los extraños pueden manifestarse con señales no verbales:

  • Es posible que extiendan constantemente los brazos hacia nuevas personas para indicar que quieren que les carguen.
  • Se pongan quisquillosos cuando un extraño intenta devolverlos a los brazos de usted.
  • Acepten juguetes y comida de extraños sin dudarlo.
  • Muestren despreocupación por la ausencia del padre o cuidador cuando se va de la habitación.

Otras señales que también pueden indicar un trastorno del apego incluyen la dificultad para subir de peso, los cólicos intensos, el comportamiento desafiante o distante y la resistencia a ser consolado.

Diagnóstico

Para que le diagnostiquen DSED, su hijo debe tener al menos nueve meses, que es cuando tienden a desarrollarse las señales de apego a un padre o cuidador específico.

Durante una evaluación, un profesional médico realizará una evaluación psicológica y observará el comportamiento del niño. Podrían tomar notas sobre cómo interactúa su hijo con usted, por ejemplo, y cómo reacciona cuando usted sale y vuelve a la habitación. También le harán preguntas sobre la crianza de su hijo para determinar si el comportamiento es el resultado de circunstancias que podrían afectar al apego al cuidador, como el abandono.

Condiciones comórbidas

Aunque se trata de dos afecciones distintas, las señales del DSED y del TDAH (ADHD, por sus siglas en inglés) pueden superponerse y las afecciones pueden coexistir. Una diferencia entre los dos trastornos es que el DSED implica impulsividad en situaciones sociales. Un niño con TDAH, por otro lado, puede demostrar impulsividad en su forma de pensar y comportarse en general, incluso fuera de situaciones sociales.

El trastorno de estrés postraumático (TEPT o PTSD, por sus siglas en inglés) también puede coexistir con el DSED. Ambas afecciones pueden tener su origen en experiencias traumáticas o en el abandono.

Cuidar a un niño con DSED

La presencia constante de un padre emocionalmente disponible puede ayudar a reducir los síntomas del DSED, en especial si el niño tiene relaciones de apego inseguras o si no ha formado vínculos con nadie.

[Lea: ¿Qué es el apego seguro y los vínculos afectivos?]

No solo tendrá que estar cerca para consolar al niño, sino que también tendrá que establecer, comunicar y hacer cumplir las reglas para mantenerlo seguro. Los siguientes consejos pueden ayudarle:

Consejo 1: sea una fuente constante de estabilidad y estructura

Si satisface sistemáticamente las necesidades de su hijo, como la comida, la atención, el afecto y los elogios, podrá generar confianza y reforzar su vínculo.

Aunque es importante ser sensible a los deseos y necesidades de su hijo, usted también es responsable de imponer límites. Un niño con DSED se beneficiará de la orientación y la estructura. Necesitan saber cuándo es el momento de limpiar su área de juego, por ejemplo, darse un baño o cenar. Cuando su hijo le vea como la persona que establece las reglas, usted también se convertirá en la persona en la que centre su atención.

La importancia de estar presente

Incluso los padres más dedicados no siempre pueden estar totalmente enfocados en sus hijos. Cada día viene acompañado de muchas otras exigencias que requieren su atención. Sin embargo, es importante reservar tiempo para estar completamente al pendiente de las necesidades de su hijo.

En esos momentos, aparte las posibles distracciones, como su teléfono, y preste al niño toda su atención mientras juegan o realizan tareas juntos. Al permanecer en el momento, también ayudará a establecer una conexión emocional y a crear un vínculo de apego seguro.

Consejo 2: enfatice los límites y las normas sociales

Si su hijo tiene edad suficiente para entenderlo, explíquele que los extraños son personas que no conoce. En lugar de plantear a todos los extraños como amenazas, explíqueles que es seguro acercarse a algunos de ellos, como los profesores y los oficiales de policía.

Intente establecer reglas sociales, como:

  • “Dame la mano siempre que estemos entre una multitud”.
  • “Pídeme permiso antes de hablar con extraños”.
  • “Mantente a más de un brazo de distancia de los extraños”.
  • “No aceptes objetos de desconocidos”.

Ensaye las reglas. Practique los límites sociales con su hijo en un entorno seguro. Por ejemplo, puede preguntarle a qué distancia debe permanecer de los extraños. Sea paciente y considere que es posible que le cueste apegarse a los límites. En lugar de tomárselo como algo personal o una señal de falta de respeto, entienda que es el trastorno el que dificulta las cosas. Un estudio de 2014 demostró que los niños con DSED tienen dificultades para evaluar la confiabilidad de las caras de los extraños, lo que deteriora su capacidad para emitir juicios sociales.

Manténgase tranquilo pero firme. Es fácil perder la paciencia cuando su hijo se aparta de su lado o no reconoce el espacio personal de otra persona. Sin embargo, es importante responder de manera racional. Los arrebatos solo asustarán a su hijo y disminuirán la confianza. Cuando actúe con enojo, no tarde en disculparse y reconozca su error.

[Lea: Control de la ira]

Consejo 3: tome precauciones de seguridad

En lugar de dar por sentado que su hijo seguirá sus reglas, tome medidas proactivas para mantenerlo a salvo.

  • Vista a su hijo con ropa llamativa o un atuendo que pueda identificar con facilidad. Si se aleja, podrá localizarlo entre la multitud o describirlo a otras personas que puedan ayudarle en su búsqueda. Si tiene dificultades para recordar qué lleva puesto su hijo, tómele una foto con su teléfono antes de salir de casa.
  • Enseñe a su hijo a memorizar su número de teléfono y su dirección. Si se aleja de usted, podrá dar a otro adulto la información suficiente para garantizar su reencuentro.
  • Equipe a su hijo con artículos que le identifiquen si es demasiado pequeño para dar su nombre y su número de teléfono. Un artículo que lo identifique puede ser tan sencillo como un collar o una pulsera con su número de teléfono. O podría pegar una etiqueta de ropa a su chaqueta con su información.

Consejo 4: ocúpese de su propio bienestar

Criar a un niño con DSED puede ser un reto emocional. Cada vez que sale de casa con su hijo, puede que le invada la ansiedad. ¿Se alejará o se perderá entre la multitud? ¿Empezará una larga e incómoda conversación con un desconocido o intentará tomar a alguien de la mano? ¿Se portará mal para llamar la atención de sus compañeros?

Para mantener una perspectiva saludable durante estas situaciones, es importante practicar el autocuidado. Esto es especialmente importante en los días en que se siente desanimado y frustrado.

Modere sus expectativas. Aunque los síntomas de un trastorno del apego pueden atenuarse y superarse, la sanación no se produce de la noche a la mañana. Puede notar progresos un día y una semana después sentir que su hijo está retrocediendo. Cuando sufra contratiempos, intente verlos como experiencias de aprendizaje. Recuerde celebrar las señales de éxito y elogiar a su hijo por su buen comportamiento.

Encuentre formas de relajarse. Intente incorporar a su horario diario actividades que reduzcan el estrés, como la meditación. Seguir un estilo de vida saludable también puede ayudarle a controlar el estrés, así que intente dormir lo suficiente por la noche, seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicio con regularidad. Los amigos y familiares que le apoyan también pueden desempeñar un papel importante en la mejora de su estado de ánimo, ya sea porque le permiten desahogar sus frustraciones o porque se ofrecen a cuidar a su hijo mientras usted se toma un descanso.

Busque apoyo. Busque un grupo de apoyo local o en línea para padres de niños con trastornos del apego. Las clases generales de paternidad también pueden presentarle ideas sobre la seguridad de los niños.

Tratamiento profesional

El tratamiento de los trastornos del apego debe contar con la orientación profesional de un pediatra o terapeuta. Cuanto antes acuda a un experto en desarrollo infantil, más pronto podrá recomendarle un plan de tratamiento personalizado para abordar el DSED de su hijo.

El plan de tratamiento podría incluir una combinación de los siguientes enfoques:

Clases de habilidades para padres. Estas clases se centrarán en los trastornos del apego y le ayudarán a asegurarse de que sea capaz de proporcionar a su hijo un entorno de vida estable y un apoyo emocional adecuado. Un experto también puede ofrecerle orientación para mantener a su hijo seguro en público.

Terapia de juego. Esta forma de terapia puede ayudar a su hijo a aprender los límites adecuados cuando interactúa con los demás. Por ejemplo, se puede pedir al niño que represente situaciones sociales con muñecas u otros juguetes.

Terapia familiar. Estas sesiones pueden incluir actividades guiadas por el terapeuta en las que participen tanto usted como su hijo, con el objetivo de reforzar el vínculo de apego. Un terapeuta podría guiarle a través de estrategias para responder al comportamiento de búsqueda de atención de su hijo, o establecer consecuencias efectivas por romper los límites sociales.

[Lea: Cómo encontrar un terapeuta que le ayude a sanar]

Orientación psicológica individual. Un terapeuta podría reunirse por separado con usted para ofrecerle orientación sobre cómo puede ser más sensible a las necesidades de su hijo y manejar su propio estrés.

Si es usted padre de un niño adoptado o acogido con DSED, su apego inusual puede resultarle confuso y, a veces, incluso hiriente. Pero sepa que es posible progresar mediante una combinación de tratamiento profesional y sus propios esfuerzos en casa. Su paciencia, su supervisión y su disponibilidad emocional pueden provocar cambios positivos en la vida de su hijo… y en la suya también.

Última actualización o revisión el agosto 21, 2025