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Adicción

Adicción a los opioides

Si padece un trastorno por consumo de opioides o abusa de los analgésicos, ya sean medicamentos recetados o drogas ilegales, estos consejos pueden ayudarle a encontrar tratamiento, controlar los síntomas de abstinencia y avanzar hacia la recuperación.

Adaptado con el permiso de Understanding Opioids: From Addiction to Recovery (Comprensión de los opioides: De la adicción a la recuperación), un informe especial sobre salud publicado por Harvard Health Publishing.

Comprensión del problema

Hoy en día, es casi imposible ignorar el impacto que la adicción a los opioides está teniendo entre la gente común. Como sociedad, estamos acostumbrados a oír hablar de famosos que luchan contra la adicción o sufren sobredosis de medicamentos recetados. Pero aún nos sorprende cuando nos enteramos de que, en Estados Unidos, cada día mueren 78 estadounidenses por una sobredosis de opioides, 46 de ellos por sobredosis de analgésicos recetados.

¿Qué son los opioides?

“Opioide” es el término general para referirse a las sustancias que se unen a un grupo de receptores del sistema nervioso central llamados receptores opioides.

Los opioides pueden ser naturales o sintéticos (fabricados por el ser humano). Su cerebro produce sus propios opioides, los cuales se llaman endorfinas. Los opioides derivados de plantas, llamados opiáceos, proceden de la vaina de la semilla de la planta asiática amapola. Entre ellos se encuentran el opio, la morfina y la codeína.

La heroína es un opioide semisintético. Los opioides sintéticos incluyen la oxicodona (OxyContin, Percocet), la hidrocodona (Vicodin), el fentanilo (Duragesic), la hidromorfona (Dilaudid) y la meperidina (Demerol).

Tratamiento de la adicción a los opioides

A diferencia de dejar de consumir alcohol o tranquilizantes en exceso, dependiendo del estado de salud, dejar los opioides no es particularmente arriesgado. Aun así, siempre es aconsejable que su médico le brinde orientación sobre la desintoxicación. Especialmente si tiene una condición subyacente, como una enfermedad cardiovascular que pueda empeorar con los síntomas de abstinencia o si está embarazada, ya que la reducción del consumo o la desintoxicación pueden provocar un aborto. Si está embarazada, consulte a su médico antes de intentar reducir el consumo o desintoxicarse.

Hay una gran variedad de métodos para elegir al momento de intentar dejar o reducir su consumo de drogas. Muchas personas se recuperan sin tratamiento, por su propia cuenta. Otras se benefician de un programa de tratamiento formal que incluye medicamentos para ayudar a aliviar los antojos y los síntomas de abstinencia. A continuación, explicamos las estrategias que las personas en recuperación y los profesionales clínicos han considerado más eficaces.

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Consejos para reducir el consumo

Muchas personas que desarrollan una adicción a los opioides desean disminuir y reducir los problemas asociados con el consumo en lugar de dejar los opioides por completo. Con el tiempo, la mayoría se da cuenta de su necesidad de dejar los opioides por completo. Decidir cómo iniciar el proceso, si de forma gradual o súbita, es algo que cada persona debe resolver o discutir con la ayuda de un profesional clínico.

Los siguientes pasos pueden ayudar a las personas a reducir su consumo de opioides:

Escríbalo. Hacer una lista de las razones para reducir su consumo de drogas, como sentirse más sano, dormir mejor o mejorar sus relaciones, puede motivarlo.

Establezca un límite de consumo de drogas para reducir o detener dicho consumo. Ponga un límite a la cantidad que va a utilizar.

Lleve un diario de su consumo de drogas. Durante tres o cuatro semanas, lleve un registro de cada vez que consuma. Incluya información sobre qué y cuánto consumió, así como dónde estuvo. Compare el registro con su límite. Si tiene problemas para respetar su límite, háblelo con su médico u otro profesional de la salud.

No tenga drogas en su casa. No tener drogas psicoactivas en su casa puede ayudarle a limitar su consumo.

Elija días sin drogas. Decida no consumir opioides uno o dos días a la semana. Tal vez quiera abstenerse durante una semana o un mes para ver cómo se siente física y emocionalmente sin drogas en su vida. Tomarse un descanso del consumo de drogas puede ser una buena forma de empezar a consumir menos.

Esté atento a la presión de grupo. Practique formas de decir “No” educadamente. No tiene por qué consumir solo porque otros lo hagan y no debe sentirse obligado a aceptar cada vez que le ofrezcan una droga. Manténgase alejado de las personas que fomenten su consumo.

Manténgase ocupado. Dé un paseo, practique deporte, salga a comer o vaya al cine. Cuando esté en casa, inicie un nuevo pasatiempo o retome uno antiguo. Pintar, jugar juegos de mesa, tocar un instrumento musical y hacer carpintería son excelentes alternativas al consumo de drogas.

Pida apoyo. Reducir su consumo de opioides no siempre es fácil. Dígale a sus amigos y familiares que necesita de su apoyo. Su médico, consejero o terapeuta también pueden ofrecerle ayuda; hay varios medicamentos disponibles para ayudar a frenar el impulso de consumir opioides.

Protéjase de la tentación. Manténgase alejado de personas y lugares que le despierten sus ganas de consumir drogas. Si asocia el consumo de opioides a determinados eventos, como las fiestas o las vacaciones, elabore un plan para gestionar estas situaciones con anticipación. Por ejemplo, planee pasar las fiestas con amigos y familiares que apoyen su sobriedad y estén dispuestos a tener una celebración sin drogas. Además, algunas agencias de viajes se especializan en vacaciones sobrias. Observe sus sentimientos. Cuando está preocupado, solo o enojado, puede sentirse tentado a consumir drogas. Intente cultivar formas nuevas y saludables de afrontar el estrés.

Sea persistente. La mayoría de las personas que consiguen reducir o dejar de consumir drogas lo hacen después de varios intentos. Probablemente experimentará retrocesos, pero no deje que le impidan alcanzar su objetivo a largo plazo.

Algunas de estas estrategias, como estar atento a la presión de grupo, mantenerse ocupado, pedir apoyo, ser consciente de la tentación y ser persistente, también pueden ser útiles para las personas que quieren dejar por completo el consumo de opioides.

Cuando haya reducido su consumo de drogas, verifique regularmente que su consumo de opioides no está volviendo a aumentar. Algunas personas logran su objetivo solo para descubrir que los viejos hábitos vuelven a aparecer después. Si esto ocurre, revise su plan para controlar el consumo de opioides, consulte a su médico y vuelva a comprometerse con sus objetivos.

A medida que reduzca su consumo de opioides, tenga en cuenta que también está disminuyendo la tolerancia de su cuerpo a los opioides. Como hemos señalado antes, una menor tolerancia significa que su cuerpo ya no puede manejar las dosis más altas que antes utilizaba. Si vuelve a tomar la misma dosis o una dosis más alta, ya sea intencionalmente o no, es posible sufrir una sobredosis.

Cómo controlar los síntomas de abstinencia

Los opioides son conocidos por producir síntomas de abstinencia, es decir, la respuesta del cuerpo a la reducción o interrupción del consumo de una sustancia a la que se ha vuelto dependiente. Los síntomas de la abstinencia de los opioides incluyen agitación, dolor muscular y de huesos, insomnio, diarrea, vómitos, escalofríos acompañados de piel de gallina y movimientos involuntarios de las piernas. Estos síntomas suelen desaparecer en una semana, pero algunas personas siguen experimentando problemas de sueño e irritabilidad durante meses.

Medicamentos para ayudarle a dejar los opioides

Los medicamentos para la adicción a los opioides (consulte la tabla 1) pueden ayudar con la desintoxicación, el proceso que permite al cuerpo deshacerse de una droga, y a prevenir o aliviar los síntomas de abstinencia. Estos medicamentos también pueden ayudar a reducir los antojos. La “desintoxicación” no es un tratamiento para la adicción en sí, pero es un primer paso útil cuando le sigue un tratamiento acompañado de una terapia conductual o de medicamentos.

Cada vez hay más evidencia que demuestra que el tratamiento asistido por medicamentos (MAT, por sus siglas en ingles), una combinación de medicamentos y tratamientos psicosociales, es más efectivo para el trastorno por el consumo de opioides. Un estudio de los pacientes de MassHealth descubrió que los pacientes que tienen tratamientos con medicamentos, como la metadona o la buprenorfina (véase más abajo), tienen un 50 % menos de probabilidades de recaer. Otros estudios han demostrado que las probabilidades de morir de los pacientes tratados con estos medicamentos son menores al 50 % (o a un porcentaje aún mayor).

Aunque a veces se critica que «sustituyen una adicción por otra», estos medicamentos pueden devolver la normalidad a la vida de las personas, estabilizar su vida familiar y laboral, y aumentar su motivación para cambiar.

Medicamentos aprobados por la FDA para tratar la adicción a los opioides

Buprenorfina y naloxona (nombre comercial: Suboxone, Bunavail, Zubsolv). Alivian los síntomas de abstinencia y bloquean la euforia de los opioides. Pueden desencadenar síntomas de abstinencia si se toman mientras los opioides aún están en el organismo. La interrupción repentina del medicamento puede desencadenar síntomas de abstinencia.

Metadona (nombre comercial: Diskets, Dolophine, Methadose). Alivia los síntomas de abstinencia al unirse a los receptores opioides. También se utiliza para tratar el dolor crónico. Se toma en una clínica de abuso de sustancias. Grandes dosis pueden producir una euforia similar a la de la heroína. Puede generar dependencia.

Naloxona (nombre comercial: Narcan, Evzio). Revierte los efectos potencialmente mortales de una sobredosis de opioides. Evita los efectos de los opioides. Puede provocar una mayor sensibilidad al dolor.

Naltrexona (nombre comercial: Depade, ReVia, Vivitrol). Ayuda a las personas a mantenerse alejadas de los opioides previniendo los efectos de los opioides. Se han asociado daños hepáticos a las dosis altas. Provoca síntomas de abstinencia si los opioides siguen en el organismo.

Opciones sin opioides para controlar el dolor crónico

Si empezó a tomar opioides recetados para controlar el dolor crónico, necesitará nuevas opciones para aliviar el dolor cuando reduzca o deje de tomarlos. A continuación, encontrará opciones que solas, o combinadas, podrían ayudarle.

Frío y calor. El frío puede ser útil poco después de una lesión para aliviar el dolor, disminuir la inflamación y los espasmos musculares y ayudar a acelerar la recuperación. El calor eleva su umbral del dolor y relaja los músculos.

Ejercicio. Mantenerse físicamente activo, a pesar de tener algo de dolor, puede ser de gran ayuda para las personas con algunas de las dolencias más comunes, como dolor lumbar, artritis y fibromialgia.

Pérdida de peso. Muchas enfermedades dolorosas empeoran con el exceso de peso. Tiene sentido, entonces, que perder peso pueda ayudar a aliviar algunos tipos de dolor.

Fisioterapia (PT, por sus siglas en inglés) y terapia ocupacional (OT, por sus siglas en inglés). La PT le ayuda a recuperar o mantener su capacidad para moverse y caminar. La OT le ayuda a mejorar su capacidad para realizar las actividades de la vida diaria, como vestirse, bañarse y comer.

Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET o TENS, por sus siglas en inglés). Esta técnica emplea una corriente eléctrica muy suave para bloquear las señales de dolor que van del cuerpo al cerebro.

Iontoforesis. Esta forma de estimulación eléctrica se utiliza para conducir los medicamentos a las zonas con dolor y reducir la inflamación.

Ultrasonido. Esta terapia dirige ondas de sonido a los tejidos. A veces se utiliza para mejorar la circulación de la sangre, disminuir la inflamación y favorecer la cicatrización.

Terapia con láser frío. La terapia con láser frío, también llamada terapia con láser de baja intensidad, está aprobada por la FDA para tratar afecciones dolorosas. El láser frío emite luz pura de una sola longitud de onda que se absorbe en una zona lesionada y puede reducir la inflamación y estimular la reparación del tejido.

Técnicas mente-cuerpo

Las técnicas de relajación mente-cuerpo se utilizan habitualmente en las clínicas del dolor de los hospitales. Las técnicas incluyen:

  • Meditación
  • Consciencia plena
  • Relajación muscular progresiva
  • Ejercicios de respiración
  • Terapia de hipnosis

Yoga y taichí Estas prácticas de mente-cuerpo y ejercicio incorporan el control de la respiración, la meditación y movimientos para estirar y fortalecer los músculos. Pueden ayudar con dolencias crónicas, como la fibromialgia, la lumbalgia, la artritis o los dolores de cabeza.

Biorretroalimentación. Esta técnica asistida por máquina ayuda a las personas a tomar el control de sus propias respuestas corporales, incluido el dolor.

Masaje terapéutico. El masaje terapéutico puede aliviar el dolor relajando los músculos, tendones y articulaciones adoloridos; aliviando el estrés y la ansiedad, y posiblemente impidiendo las señales de dolor hacia y desde el cerebro.

Quiropráctica. Los quiroprácticos intentan corregir la alineación del cuerpo para aliviar el dolor y mejorar su función y para ayudar al cuerpo a curarse a sí mismo.

Acupuntura. La acupuntura consiste en insertar agujas extremadamente finas en la piel en puntos específicos del cuerpo. Esta acción puede aliviar el dolor al liberar endorfinas, los químicos analgésicos naturales del cuerpo. También puede influir en los niveles de serotonina, el transmisor cerebral relacionado con el estado de ánimo.

Psicoterapia. Los psicoterapeutas pueden ofrecer muchas vías para el alivio y el manejo del dolor. Por ejemplo, pueden ayudarle a replantear patrones de pensamiento negativos sobre su dolor que puedan estar interfiriendo con su capacidad para funcionar bien en la vida, el trabajo y las relaciones. Acudir a un profesional de la salud mental no significa que “todo el dolor esté en su cabeza”.

Dispositivos para aliviar el dolor. Una serie de dispositivos de asistencia pueden ayudar a darle apoyo a las articulaciones adoloridas, aliviar la presión en los nervios irritados y aliviar los dolores y molestias. Estos dispositivos incluyen férulas, aparatos ortopédicos, bastones, muletas, andaderas y zapatos ortopédicos.

Analgésicos tópicos. Estas cremas y pomadas que contienen medicamentos se aplican sobre la piel. Pueden utilizarse en lugar de o junto con otros tratamientos.

Medicamentos de venta libre. Los analgésicos que puede comprar sin receta, como el paracetamol (Tylenol), o los antiinflamatorios no esteroideos (AINE o NSAIDs, por sus siglas en inglés), como la aspirina, el ibuprofeno (Advil, Motrin) y el naproxeno (Aleve, Naprosyn), pueden ayudar a aliviar el dolor leve a moderado.

Analgésicos herbales o nutricionales. La evidencia científica que respalda su eficacia para aliviar el dolor es escasa.

Medicamentos recetados sin opioides. Ciertos medicamentos pueden ser muy eficaces para tratar el dolor específico de una enfermedad. Algunos ejemplos son los triptanos para las migrañas y la gabapentina (Neurontin) o la pregabalina (Lyrica) para las neuralgias.

Inyecciones de corticosteroides. Utilizadas ocasionalmente, las inyecciones de corticosteroides pueden disminuir el dolor y la inflamación causados por la artritis, la ciática y otras afecciones.

Adaptado con el permiso de Understanding Opioids: From Addiction to Recovery (Comprensión de los opioides: De la adicción a la recuperación), un informe especial sobre salud publicado por Harvard Health Publishing.

Última actualización o revisión el febrero 19, 2024