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Ser acosado puede hacerte sentir indefenso, humillado, deprimido o incluso con sentimientos suicidas. Pero hay formas de protegerse a uno mismo o a un hijo, en la escuela y en otros lugares, y confrontar a un acosador.
El acoso (bullying) es un comportamiento agresivo repetido que puede ser físico, verbal o relacional, y puede ocurrir en persona o en línea, en la escuela, el trabajo, el vecindario o incluso en el hogar. Los acosadores (bullies) suelen ser implacables, intimidan una y otra vez durante largos periodos de tiempo. Puede que vivas con el temor constante de dónde y cuándo atacará de nuevo el acosador, qué hará y hasta dónde llegará.
A menos que hayas sufrido directamente el acoso escolar, es posible que no te des cuenta de lo devastador que puede ser, sobre todo para un niño o un adolescente.
El acoso nunca debe tolerarse. Tanto si eres tú la persona acosada, como si eres un profesor o un padre que cree que un niño está siendo acosado o tiene un comportamiento de acoso, hay medidas que puedes tomar para afrontar el problema y poner fin a los efectos perjudiciales del acoso.
Si el acoso te provoca a ti, o a alguien que conoces, sentimientos suicidas, llama al 1-800-273-8255 en EE. UU., o visita IASP o Suicide.org para encontrar una línea de ayuda en tu país.
El acoso físico no se limita a pegar, patear o empujar (o incluso solo amenazar con hacerlo). También puede incluir robar, esconder o estropear tus cosas, al igual que las novatadas, el hostigamiento, la humillación u obligarte a hacer cosas que no quieres hacer.
El acoso verbal incluye apodos, burlas, provocaciones, insultos o cualquier otro tipo de abuso verbal.
El acoso en las relaciones incluye negarse a hablar contigo, excluirte de grupos o actividades, difundir mentiras o rumores sobre ti u obligarte a vivir situaciones incómodas o humillantes.
El acoso cibernético, a diferencia del acoso tradicional, no requiere un contacto cara a cara y no se limita a un puñado de testigos a la vez. El acoso cibernético puede producirse en cualquier lugar, en cualquier momento y los métodos utilizados para acosar pueden ir desde el envío de mensajes amenazadores o burlones por correo electrónico, mensajes de texto, redes sociales o mensajería instantánea hasta el «sexteo», la publicación de porno de venganza o el robo de tu identidad en línea para herirte y humillarte.
El acoso en el trabajo está mucho más extendido de lo que imaginas. Lejos de limitarse a niños y adolescentes, el acoso puede darse con frecuencia en el lugar de trabajo, ya sea en una oficina, en una fábrica o incluso trabajando a distancia. El acoso en el trabajo puede añadir estrés a cualquier empleo y dejarte sintiéndote enojado, avergonzado y vulnerable.
Solo es acoso si alguien resulta herido físicamente. Las palabras no pueden lastimar.
Niños y adolescentes se han matado entre sí y suicidado después de estar involucrados en acoso verbal, relacional o cibernético. Las palabras hieren y pueden tener un efecto devastador en el bienestar emocional de cualquier persona, pero especialmente en los jóvenes.
Los niños buenos nunca acosan.
Todos los niños cometen errores; forma parte del crecimiento. Los padres que niegan la posibilidad de que su hijo sea capaz de herir dificultan el proceso para que los acosadores reciban la ayuda que necesitan.
Los acosadores son simplemente malas personas y deberían ser expulsados de la escuela.
Hay muchas razones por las que los niños acosan. Algunos son acosados ellos mismos, en casa o en otros lugares; otros solo acosan cuando se sienten estresados o agobiados.
Los niños pueden ser acosadores o víctimas, no ambas cosas.
Los niños pueden cambiar a menudo de papeles, pasando de víctimas a acosadores y viceversa. Por ejemplo, un acosador de quinto año puede ser una víctima cuando pase a la escuela secundaria, o una víctima en el patio de recreo puede vengarse y convertirse en el acosador en línea.
Aunque hay muchas razones por las que los acosadores pueden atacarte, estos tienden a meterse con las personas que son «diferentes» o que no encajan en la cultura dominante. Aunque tu individualismo es algo que celebrarás más adelante en la vida, puede parecer una maldición cuando eres joven e intentas encajar. Tal vez tienes una forma diferente de vestir o actuar, o quizá tu raza, religión u orientación sexual te diferencien. Puede ser simplemente que seas nuevo en la escuela o en el vecindario y aún no hayas hecho amigos.
Otras razones por las que los niños acosan:
Sin importar los motivos por los que te has convertido en un blanco, es importante que recuerdes que no estás solo. Muchos de nosotros hemos sido acosados en algún momento de nuestras vidas. De hecho, alrededor del 25 % de los niños sufren acoso, hasta el 59 % de los adolescentes son acosados en Internet y cerca de un tercio de los adultos sufren acoso en el lugar de trabajo. Pero no tienes por qué soportarlo. Hay muchas personas que pueden ayudarle a superar el problema, conservar tu dignidad y preservar el sentido de ti mismo.
Los jóvenes LGBTQ+ están especialmente expuestos al acoso. Si necesitas ayuda:
No existe una solución sencilla para el acoso ni una forma infalible de lidiar con un acosador. Pero como el acoso rara vez se limita a uno o dos incidentes (es mucho más probable que se trate de un ataque sostenido durante cierto periodo), al igual que el acosador, puede que tengas que ser implacable en la forma de reaccionar y de informar sobre todos y cada uno de los incidentes de acoso hasta que se detengan. Recuerda: no tienes por qué soportar nunca ningún tipo de acoso.
No te culpes. No es culpa tuya. No importa lo que diga o haga un acosador, no debes avergonzarte de quién eres o de lo que sientes. El acosador es la persona que tiene el problema, no tú.
No te recrimines. No empeores un incidente de acoso dándole vueltas o repitiéndolo una y otra vez en tu cabeza. En su lugar, enfócate en las experiencias positivas de tu vida.
Siéntete orgulloso de quién eres. A pesar de lo que diga un acosador, tienes muchas cualidades maravillosas. Recuérdate a ti mismo todas las cualidades especiales y únicas que te hacen ser tú.
Aprende a controlar el estrés. Encontrar formas saludables de aliviar el estrés generado por el acoso puede hacerte más resiliente para que no te sientas abrumado por las experiencias negativas. El ejercicio, la meditación, el diálogo interno positivo, la relajación muscular y los ejercicios de respiración son buenas formas de afrontar el estrés del acoso.
Dedica tiempo a hacer cosas que te gusten. Cuanto más tiempo dediques a actividades que te aporten placer, como deportes, pasatiempos, salir con amigos que no participen en el acoso, menos importancia tendrá el acoso en tu vida.
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Realice la evaluación HelpGuide es un apoyo para el usuario. Ganamos una comisión si se registra en los servicios de BetterHelp después de hacer clic en este sitio. Obtenga más informaciónLos acosadores quieren saber que controlan tus emociones, por lo que es importante cómo reacciones a sus burlas o provocaciones. No reacciones con enojo ni tomes represalias con fuerza física. Si te alejas, ignoras al acosador o le dices con calma y asertividad que no te interesa lo que tiene que decir, le estás demostrando que no tiene control sobre ti.
Sin embargo, si no puedes alejarte y te están haciendo daño físico, protégete para poder huir. Tu seguridad es la mayor prioridad.
Otras soluciones:
Cambiar tu actitud hacia el acoso puede ayudarte a recuperar la sensación de control.
Intenta ver el acoso desde una perspectiva diferente. El acosador es una persona infeliz y frustrada que quiere tener el control sobre tus sentimientos para que te sientas igual de mal. No le des esa satisfacción.
Mira el panorama general. El acoso puede ser extremadamente doloroso, pero pregúntate qué importancia le darás a largo plazo. ¿Importará dentro de un año? ¿Vale la pena enojarse tanto por ello? Si la respuesta es negativa, enfoca tu tiempo y energía en otra cosa.
Enfócate en lo positivo. Reflexiona sobre todas las cosas que aprecias y agradeces en tu vida, incluidas tus propias cualidades positivas. Encontrar la gratitud incluso en las pequeñas alegrías de la vida diaria (un lengüetazo de tu perro, la sensación del sol en la cara, una palabra amable de un amigo) puede ayudarte a romper el círculo de negatividad y mejorar tu estado de ánimo y autoestima. Intenta llevar un diario de gratitud y al final de cada día escribe las cosas por las que estás agradecido, por pequeñas que sean.
Encuentra el humor en la situación. Como ya se ha mencionado, hay poder en el humor. Si estás lo suficientemente relajado como para reconocer lo absurdo de una situación de acoso y comentarla con humor, probablemente dejarás de ser un blanco interesante para el acosador.
No intentes controlar lo incontrolable. Muchas cosas en la vida están fuera de nuestro control, incluido el comportamiento de otras personas. En lugar de estresarte, enfócate en las cosas que puedes controlar, como la forma en que decides reaccionar ante los acosadores y la amabilidad con la que tratas a los demás.
Cuando sufras acoso, contar con personas de confianza a las que puedas acudir en busca de aliento y apoyo aliviará tu estrés y reforzará tu autoestima y tu resiliencia. Habla con uno de tus padres, un profesor, un consejero u otro adulto de confianza: hacerlo no significa que seas débil o que haya algo malo contigo. Y trata de conectar con amigos de verdad (aquellos que no ejercen ningún tipo de acoso).
[Lee: Cómo sobrevivir tiempos difíciles aumentando la resiliencia]
Si eres nuevo en una escuela o en un vecindario, o sientes que no tienes a nadie a quien acudir, hay muchas formas de hacer nuevos amigos. Puede que no siempre lo parezca, pero hay mucha gente que te querrá y apreciará por quien eres.
Desconéctate de la tecnología. Tomarse un descanso del teléfono, la computadora, la tableta y los videojuegos puede abrirte las puertas a conocer gente nueva.
Encuentra a otras personas que compartan tus mismos valores e intereses. Tal vez puedas hacer amigos en un grupo juvenil, un club de lectura o una organización religiosa. Aprende un nuevo deporte, únete a un equipo o empieza un nuevo pasatiempo como el ajedrez, el arte o la música. U ofrece tu tiempo como voluntario: ayudar a los demás es una excelente forma de sentirte mejor contigo mismo y de ampliar tu red social.
Comparte tus sentimientos sobre el acoso. Habla con uno de tus padres, un consejero, un entrenador, un líder religioso o un amigo de confianza. Expresar por lo que estás pasando puede suponer una gran diferencia en la forma en que te sientes, aunque no cambie la situación.
Aumenta tu confianza. El ejercicio es una excelente forma de aumentar tu autoestima y reducir el estrés. Sal a correr o toma una clase de kickboxing para descargar tu enojo de forma saludable.
Trata siempre a los demás con respeto. Recuerda que aunque todos somos diferentes, todos merecemos ser tratados con respeto. No condones el acoso a los demás y tómate siempre un momento para pensar antes de decir o hacer algo que pueda herir a otra persona. Y si cometes un error, pide disculpas. Por mucho que te hayan acosado, eso nunca es excusa para acosar a los demás.
Por mucho dolor que cause, los niños suelen resistirse a hablar con sus padres o profesores sobre el acoso porque sienten vergüenza de haber sido víctimas. Los acosadores también suelen ser expertos en ocultar su comportamiento a los adultos, por lo que si un niño está siendo acosado puede que no sea obvio para un padre o un profesor. Por lo tanto, es importante reconocer las señales de advertencia del acoso.
Su hijo puede ser víctima de acoso si:
A la hora de intentar detener el comportamiento acosador en niños y adolescentes, hay medidas que los padres y los profesores pueden tomar.
Hable con los niños sobre el acoso. El mero hecho de hablar del problema puede aliviar enormemente el estrés de alguien que sufre acoso. Sea comprensivo y escuche los sentimientos del niño sin juzgarlo, criticarlo o culparlo.
Retire el blanco del acoso. Si un acosador ataca a su hijo para quitarle el dinero del almuerzo, su teléfono o su iPod, por dar algunos ejemplos, sugiérale que se prepare el almuerzo para ir a la escuela y deje los aparatos en casa.
Encuentre ayuda para un niño que tiene miedo de un acosador. Asegúrese de que otros profesores, entrenadores y consejeros sepan que el niño está siendo acosado. Ningún niño debería tener que enfrentarse solo al acoso.
Ayude al niño acosado a evitar el aislamiento. Los niños con amigos están mejor preparados para afrontar el acoso. Encuentre formas de aumentar su círculo social, a través de grupos o clubes juveniles o religiosos, por ejemplo.
Puede ser difícil para cualquier padre enterarse de que su hijo está acosando a otros, pero es importante tomar medidas para poner fin al comportamiento negativo antes de que tenga consecuencias graves y a largo plazo para su hijo. Los niños que acosan a otros:
[Lea: Ayuda para padres de adolescentes problemáticos]
Si su hijo tiene problemas para controlar emociones fuertes como el enojo, el dolor o la frustración, hable con un terapeuta para que le ayude a aprender a afrontar estos sentimientos de forma saludable.
Su hijo:
Algunos acosadores aprenden el comportamiento agresivo de sus experiencias en casa. Como padre, puede estar dando un mal ejemplo a sus hijos dándoles una nalgada o golpeándoles de cualquier otra forma, maltratando verbal o físicamente a su cónyuge o mostrando un comportamiento acosador como:
Conozca la vida de su hijo. Si su comportamiento en casa no está influyendo negativamente en su hijo, es posible que sus amigos o compañeros estén fomentando el comportamiento acosador. Puede que a su hijo le cueste integrarse o entablar relaciones con otros niños. Hable con su hijo. Cuanto más entienda sobre su vida, más fácil le resultará identificar el origen del problema.
Eduque a su hijo sobre el acoso. Es posible que su hijo no entienda lo hiriente y perjudicial que puede ser su comportamiento. Fomente la empatía y la conciencia animando a su hijo a mirar sus acciones desde la perspectiva de la víctima. Recuerde a su hijo que el acoso puede tener graves consecuencias legales.
Controle el estrés. Enseñe a su hijo formas positivas de controlar el estrés. El acoso de su hijo puede ser un intento de aliviar el estrés. O su propio estrés, ansiedad o preocupación pueden estar creando un ambiente inestable en casa. Hacer ejercicio, pasar tiempo en la naturaleza o jugar con una mascota son excelentes formas tanto para los niños como para los adultos de desahogarse y aliviar la tensión.
Monitoree el uso que su hijo hace de la tecnología. Haga saber a su hijo que va a monitorear su teléfono y su comportamiento en línea. Si es necesario, limite el acceso de su hijo a la tecnología hasta que mejore su comportamiento.
Establezca reglas de comportamiento coherentes. Asegúrese de que su hijo entienda sus reglas y el castigo por romperlas. Puede que los niños piensen que no necesitan disciplina, pero la falta de límites envía una señal de que el niño no merece el tiempo, el cuidado y la atención de los padres.
1-800-273-8255 – Centro de llamadas en caso de crisis
0845 22 55 787 – National Bullying Helpline (Línea de ayuda nacional contra el acoso)
1-877-352-4497 – BullyingCanada
1800 551 800 – Kids Helpline
0800 942 8787 – 0800 What’sUp?
1098 – Childline India
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