Trastorno esquizoide de la personalidad: Síntomas, causas y tratamiento

¿Qué es el trastorno esquizoide de la personalidad?

El trastorno esquizoide de la personalidad (a veces abreviado como SZPD, SPD o ScPD, por sus siglas en inglés) es una afección de salud mental definida por el distanciamiento de las relaciones sociales y la dificultad para expresar emociones. Es un trastorno de la personalidad del grupo A, lo que significa que implica comportarse o pensar de manera extraña o excéntrica.

Si una persona tiene un trastorno esquizoide de la personalidad, tiene poco deseo de establecer o mantener relaciones personales y puede estructurar su vida de una manera que le permita minimizar el contacto con los demás. Podría evitar las citas, por ejemplo, y buscar trabajos que le permitan trabajar desde casa o de forma aislada. En situaciones sociales, puede sentirse aislado emocionalmente de los demás o verse a sí mismo como un observador, más que como un participante. Aunque algunas personas con trastorno esquizoide de la personalidad (SZPD, por sus siglas en inglés) pueden tolerar un cierto grado de intimidad física, otras se disocian automáticamente cuando están cerca de otras personas.

Trastorno de la personalidad esquizoide manifiesto y oculto

Si alguien tiene un trastorno esquizoide de la personalidad manifiesto, aparentemente parece ser un solitario. Puede parecer que siempre está soñando despierto o simplemente estar desinteresado en otras personas. También puede tener un rango emocional restringido, rara vez sonríe, ríe o incluso muestra enojo. A menudo, ni siquiera los cumplidos o los grandes elogios parecen cambiar su estado de ánimo.

Por otro lado, las personas con trastorno esquizoide de la personalidad oculto pueden parecer tan sociables como una persona promedio. Son más capaces de “enmascarar” sus síntomas cuando es necesario, como en el lugar de trabajo. Pero debajo de esa máscara, todavía les cuesta construir lazos emocionales y rara vez comparten sus sentimientos.

Los efectos del trastorno esquizoide de la personalidad y el aislamiento

Incluso cuando alguien no desea socializar, un estilo de vida solitario puede tener consecuencias para la salud, incluidos los efectos negativos en el funcionamiento del cerebro. Algunas investigaciones sugieren que la falta de estimulación social puede reducir las capacidades cognitivas, como la memoria y, en última instancia, dar lugar a un deterioro cognitivo. También hay evidencia de que el aislamiento aumenta la inflamación, lo que puede provocar problemas en todo el cuerpo, como una mala salud cardiovascular.

El estilo de vida solitario asociado con el trastorno esquizoide de la personalidad también puede afectar de forma negativa las habilidades sociales. Esto puede dificultar “leer entre líneas”, por ejemplo, captar señales no verbales sutiles, como encogerse de hombros o poner los ojos en blanco, y hacer que la socialización resulte aún más pesada, llevando a la persona a un mayor aislamiento. También puede hacer que sea más difícil funcionar en el trabajo o en situaciones sociales importantes.

Independientemente de su experiencia o la de su ser querido con el trastorno esquizoide de la personalidad, es posible encontrar ayuda y mejorar su vida. Por supuesto, primero es necesaria la voluntad de buscar tratamiento. Sin embargo, una vez que se desea un cambio, existen tratamientos profesionales y medidas de autoayuda. El primer paso es reconocer los síntomas del trastorno.

Síntomas del trastorno esquizoide de la personalidad

En Estados Unidos, se estima que el SZPD afecta a entre el 3.1 y el 4.9 por ciento de la población. De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés), si tiene un trastorno esquizoide de la personalidad, su distanciamiento social dará como resultado cuatro o más de los siguientes síntomas al principio de la edad adulta:

• No disfrutar de las relaciones personales y tener pocas ganas de mantenerlas.
• Mostrar una actitud apática ante los elogios o las críticas.
• Elegir constantemente actividades solitarias en lugar de sociales.
• Falta de amigos cercanos.
• Tener poco o ningún interés en la intimidad física con los demás.
• Encontrar poco o ningún placer en la mayoría de las actividades.
• Parecer emocionalmente distante o frío.

Un proveedor de atención médica deberá descartar otras posibles causas de estos síntomas. Por ejemplo, afecciones como la depresión también pueden hacer que sea difícil sentir placer o encontrar la motivación para entablar relaciones.

A menudo existen varios obstáculos para llegar a un diagnóstico. Muchas personas con este trastorno son capaces de adaptarse lo suficientemente bien como para ocultar sus síntomas o solo no creen tener un problema. También es poco probable que busquen un diagnóstico por su cuenta, ya que el proceso implica interactuar con otros. Cuando una persona con SZPD busca ayuda, a menudo es porque se siente limitada e insatisfecha con su vida.

Trastornos similares y concurrentes

El trastorno esquizoide de la personalidad a veces puede ser difícil de diagnosticar porque sus síntomas pueden combinarse con otros trastornos de la personalidad, como:

Trastorno esquizotípico de la personalidad. Las personas con trastorno esquizotípico de la personalidad suelen experimentar reclusión y tienen pocas relaciones estrechas. Sin embargo, es más probable que muestren pensamientos y comportamientos extraños, como patrones de habla inusuales, tangentes, paranoia o pensamiento mágico. Estos síntomas pueden hacerles sentir marginados y generar ansiedad social.

Trastorno paranoide de la personalidad (PPD, por sus siglas en inglés). Debido a que desconfían de los demás, una persona con trastorno paranoide de la personalidad puede tener dificultades para abrirse a los demás. Incluso puede aspirar a aislarse por completo. Es más probable que muestre hostilidad e ira que alguien con trastorno esquizoide de la personalidad.

Trastorno de personalidad evitativo (TPE o AVPD, por sus siglas en inglés). Las personas con TPE también tienden a aislarse. Sin embargo, el hecho de que eviten la interacción social se debe más a una baja autoestima y al miedo al rechazo que a una falta de deseo de socializar.

[Lea: Trastorno de personalidad evitativo (TPE)]

Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad (TOCP). Las personas con TOCP tienen una obsesión por el control y el orden. Su rigidez y fijación en el trabajo pueden hacer que parezcan distanciados y negligentes en las relaciones, de forma similar a las personas con trastorno esquizoide de la personalidad.

Es posible que una persona con SZPD sea diagnosticada de manera simultánea con uno o más de los trastornos de la personalidad anteriores. También es propensa a desarrollar problemas como la ansiedad y la depresión. En las personas con SZPD, estas condiciones pueden provenir de experiencias de la primera infancia, como abandono o abuso.

Esquizoide, esquizotípico y esquizofrenia: en qué se diferencian

Aunque tienen nombres similares, se trata de tres afecciones diferentes:

La esquizofrenia es la más desafiante de las tres. Los síntomas de la esquizofrenia pueden incluir delirios y alucinaciones, así como habla y comportamiento desorganizados. También puede incluir «síntomas negativos», es decir, la ausencia de comportamientos normales. Por ejemplo, una persona con esquizofrenia puede tener falta de placer, motivación o respuestas emocionales.

El trastorno esquizoide de la personalidad puede hacer que una persona parezca emocionalmente fría e indiferente a los demás. A pesar de su inusual deseo de retraerse socialmente, las personas con este trastorno no experimentan alucinaciones ni delirios.

El trastorno esquizotípico de la personalidad se sitúa entre las otras dos afecciones. Sus síntomas no incluyen alucinaciones, pero pueden manifestarse pensamientos excéntricos y comportamientos extraños. Las personas con este trastorno también pueden ser socialmente retraídas.

¿Qué causa el trastorno esquizoide de la personalidad?

Se desconocen las causas exactas del trastorno esquizoide de la personalidad. Sin embargo, la investigación actual señala algunas posibilidades:

Genética. El trastorno puede transmitirse a través de genes familiares. Los estudios de gemelos sugieren que existe cierto grado de heredabilidad del trastorno esquizoide de la personalidad. Tener un familiar con esquizofrenia también parece aumentar el riesgo de que una persona desarrolle este trastorno de la personalidad.

Las experiencias de la infancia pueden causar o contribuir al trastorno esquizoide de la personalidad. Tener un cuidador negligente o experimentar situaciones traumáticas, como abuso sexual o emocional, puede generar problemas de confianza, baja autoestima y retraimiento social.

Las enfermedades, lesiones u otras anomalías en el cerebro pueden aumentar el riesgo de desarrollar SZPD. Una lesión cerebral traumática también puede ser otro factor de riesgo. Este tipo de lesión puede afectar las partes del cerebro encargadas del funcionamiento social o del procesamiento emocional y la percepción.

Los problemas del desarrollo, como el nacimiento prematuro, el bajo peso al nacer y la desnutrición, también son factores de riesgo potenciales.

Cómo ayudar a una persona con SZPD

Si alguien cercano a usted tiene un trastorno esquizoide de la personalidad, es fácil sentirse frustrado o herido por su falta de voluntad para abrirse y relacionarse con usted u otros miembros de la familia. Si es su hijo quien tiene SZPD, puede preocuparle que el trastorno limite su capacidad para desenvolverse en la sociedad cuando crezca.

A continuación, encontrará algunas maneras en que puede ayudar a su ser querido mientras se cuida a usted mismo:

Escuche sin juzgar. Acepte que su ser querido probablemente tenga una perspectiva muy diferente a la suya. Aunque, en ocasiones, todos deseamos separarnos de otras personas, una persona con SZPD pasa la mayor parte del tiempo anhelando la soledad. En lugar de dar sermones sobre cómo debe sentirse o actuar, pregúntele sobre sus experiencias y tómese el tiempo para realmente comprenderlo.

Anime a su ser querido a buscar tratamiento. Exponga formas concretas en las que cree que su afección lo limita o afecta su bienestar. Por ejemplo, puede señalar que los amigos pueden ofrecer beneficios prácticos, además de apoyo emocional. Pueden estar ahí cuando necesite ayuda para mudarse, por ejemplo, o necesite cuidados al recuperarse de una lesión o enfermedad.

Reconozca cuando no puede acercarse. Si su ser querido no está dispuesto a aceptar que tiene un trastorno, haga a un lado la idea de que discutir cambiará su opinión. En cambio, dedique más tiempo a escucharlo y a empatizar con lo que siente, aunque no esté de acuerdo con todo lo que dice. No puede ayudar a su ser querido si se posiciona como un adversario, así que trate de ser un aliado.

[Lea: Cómo ayudar a alguien con una enfermedad mental a aceptar el tratamiento]

Busque un punto en común. Incluso si su ser querido no admite que tiene SZPD o que la afección le está causando problemas, es posible que esté dispuesto a admitir que se siente deprimido o que le falta algo en su vida. Motivarlo a buscar tratamiento para esta afección diferente puede seguir siendo un positivo paso adelante.

Sea consciente de sus preferencias. Extienda invitaciones a su ser querido, incluso si las rechaza con frecuencia. Procure tener en cuenta el tipo de interacciones que más le gustan. Quizá descubra que es más probable que lo acompañe en un tranquilo paseo por la naturaleza, por ejemplo, pero que no tolera las grandes reuniones sociales. Cuando se niegue a acompañarlo, no lo tome como algo personal.

Cuídese. Es posible que sienta desesperación o angustia por lo difícil que es relacionarse con un ser querido con trastorno esquizoide de la personalidad. Incluso mientras intenta apoyarlo, es importante mantener sus propias relaciones sociales y prácticas de cuidado personal. Pase tiempo con otras personas, participe en pasatiempos que le gusten y cuide su salud física.

Controle las expectativas sociales. El cambio puede llegar despacio y deberá establecer expectativas realistas sobre cuánto es posible cambiar. No espere que los deseos y comportamientos sociales de su ser querido cambien de la noche a la mañana ni asuma que algún día se convertirá en una persona carismática a la que le encanta ir a fiestas.

Espere retrocesos. No se desanime cuando su ser querido parezca retroceder o alejarse de usted. En cambio, tómese el tiempo para apreciar cualquier pequeña señal de mejora. Cuando una persona tiene SZPD, incluso algo tan simple como conocer a alguien nuevo o decidir llamar a un amigo puede ser un importante paso adelante.

Tratamiento profesional

Las personas con trastornos de la personalidad del grupo A con frecuencia evitan el tratamiento profesional, por lo que es difícil para los investigadores determinar qué tratamientos son más efectivos. Sin embargo, trabajar con un terapeuta puede ayudar a identificar y cambiar los patrones de pensamientos y comportamientos angustiantes que acompañan al trastorno esquizoide de la personalidad.

[Lea: Terapia en línea: ¿Es adecuada para usted?]

En lugar de depender de un plan de tratamiento estandarizado, un terapeuta trabajará con la persona para idear un enfoque personalizado a fin de controlar el trastorno. Una persona con SZPD puede querer desarrollar estrategias para reducir la disociación, por ejemplo, mientras que otra puede querer examinar y ajustar sus creencias sobre las relaciones interpersonales.

Aunque la aversión a la socialización puede dificultar que alguien con SZPD lo considere, la terapia grupal también puede ser benéfica. Estas sesiones permiten que la persona practique ser más abierta con los demás, así como leer las señales verbales y no verbales.

Medicamentos

Aunque no hay medicamentos que curen el SZPD, ciertos medicamentos pueden ayudar a una persona a controlar los problemas de comorbilidad:

• Los medicamentos ansiolíticos pueden ayudar a controlar la ansiedad con respecto a las interacciones sociales.
• Los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, pueden ayudar a reducir los síntomas de la depresión.
• Los antipsicóticos pueden ayudar si la persona lucha con pensamientos distorsionados.

Si reconoce el SZPD en usted mismo

Aunque es poco probable que las personas con trastorno esquizoide de la personalidad busquen ayuda, no siempre ignoran sus problemas. Si tiene este trastorno de personalidad, es posible que aún se sienta aislado o con cierto grado de soledad. Incluso si no lo considera como «soledad», es posible que se sienta profundamente insatisfecho o como si algo faltara en su vida. Una pequeña parte de usted puede anhelar una conexión emocional o ser comprendido por los demás.

Puede sentirse poco estimulado y aburrido cuando pasa demasiado tiempo sin interacción social, o envidioso cuando ve a otras personas interactuando. Incluso si la idea de socializar le parece una tarea desalentadora o algo que simplemente no le entusiasma, aun así, puede sentir que está defraudando a sus amigos y familiares al no acercarse a ellos.

Puede ser tentador pensar: “Esta es la forma en que siempre he sido y esta es la forma en que siempre seré”. Pero eso no es necesariamente cierto. Los siguientes consejos pueden ayudarle a ajustar su estilo de vida y mejorar su sentido de bienestar. (Y si tiene un ser querido con SZPD y no se trata de usted, también puede ayudar a motivarlo a adoptar algunas de estas estrategias).

Consejo 1: Desarrolle prácticas para calmarse a sí mismo

Las personas a menudo recurren a los demás en busca de consuelo físico y emocional. De hecho, se ha demostrado que el apoyo social alivia la angustia psicológica, incluso cuando se trata de condiciones como el agotamiento y el trastorno por estrés postraumático (TEPT o PTSD, por sus siglas en inglés). Sin embargo, dado que usted tiene un menor deseo de socializar, es importante desarrollar otras técnicas para reducir el estrés.

Practique la respiración consciente. Las respiraciones largas y profundas pueden tener un efecto calmante en el sistema nervioso central. A medida que realice ejercicios de respiración, notará una mayor sensación de comodidad y relajación. Considere hacer de la meditación de respiración profunda una parte habitual de su día, o utilice la respiración consciente para controlar la ansiedad en el momento.

Manténgase activo. No siempre es fácil encontrar la motivación para hacer ejercicio, en especial si ya le es difícil encontrar placer en la vida. Pero, si se esfuerza por realizar alguna actividad física, incluso algo tan sencillo como caminar o andar en bicicleta todos los días, puede beneficiarse de la reducción de las hormonas del estrés y del aumento de las hormonas que mejoran el estado de ánimo.

[Lea: Los beneficios del ejercicio físico para la salud mental]

Dé prioridad al sueño. La mayoría de los adultos necesitan entre siete y nueve horas de sueño por noche. La falta de sueño puede provocar fatiga, disminución de la motivación, aumento de la presión arterial y otros problemas. Para dormir mejor y reducir el estrés general, intente mantener un ciclo constante de sueño y vigilia, relájese antes de acostarse y limite las siestas durante el día.

Consejo 2: Mejore las habilidades sociales

Si el aislamiento es lo común, es posible que le resulte más difícil reconocer y enviar señales verbales y no verbales más sutiles. Practicar estas habilidades puede ayudarle a evitar problemas de comunicación y sentirse más cómodo en situaciones sociales.

Intente ser curioso. Si no consigue ir más allá de una conversación trivial, intente conocer mejor a la otra persona. Vaya más allá de las simples preguntas de “sí” y “no”, como: “¿Te gusta leer libros?”. Preguntas como: “¿Qué libros te han gustado últimamente?” pueden dar lugar a conversaciones más interesantes y fomentar conexiones más profundas.

Conéctese en el momento. La disociación es una sensación de entumecimiento o desconexión del mundo que le rodea. Puede disociarse cuando está solo, pero también puede ocurrir en situaciones sociales y sacarlo del momento. Practique el uso de sus sentidos para mantenerse en el presente. Por ejemplo, concéntrese en el sonido de la voz de la otra persona. La disociación a veces está vinculada a un trauma del pasado, por lo que es posible que deba trabajar con un terapeuta para tratar el problema.

Desarrolle las habilidades no verbales. Cuando sus señales no verbales complementan sus palabras, su mensaje se vuelve más claro y más auténtico para los demás. Por otro lado, si hay una desconexión entre sus mensajes verbales y no verbales, podría confundir a otras personas. Por ejemplo, si no sonríe mientras da una buena noticia, quien escucha podría cuestionar su sinceridad. Para mejorar las habilidades de comunicación no verbal, aprenda a estar más presente, desarrolle su conciencia emocional y practique leer el lenguaje corporal de las otras personas.

Consejo 3: Haga que socializar sea más accesible

Cuando tiene un trastorno esquizoide de la personalidad, mantener una vida social puede ser agotador. Si le parece que es demasiado trabajo, puede experimentar con estrategias que hagan el proceso menos agotador.

Use mensajes de texto. Aunque no deben sustituir totalmente a las interacciones en persona, los mensajes de texto pueden ser una herramienta de comunicación útil. Le permiten responder a su propio ritmo y usar emojis para expresarse mejor.

Busque intereses que requieran una ligera socialización. Participe en actividades que le permitan estar cerca de otras personas, incluso si no está socializando todo el tiempo. Por ejemplo, puede explorar al aire libre con un grupo de senderismo o ir a un gimnasio de escalada bajo techo. Si ya disfruta de pasatiempos solitarios, piense en maneras de apreciarlos con otras personas. Esto podría implicar cualquier cosa, desde unirse a un club de lectura hasta jugar videojuegos en línea con otras personas.

Programe tareas sociales. Intente seguir una rutina, como enviar mensajes de texto a las personas a la misma hora, todos los días. Programar reuniones en persona con anticipación también le dará tiempo a fin de prepararse mentalmente para cada interacción. A medida que comience a incluir tareas sociales en su calendario, intente encontrar un equilibrio cómodo entre el tiempo que pasa solo y el tiempo que pasa con los demás.

No lo fuerce. Si se fuerza constantemente a pasar horas socializando, pronto empezará a sentirlo como una tarea abrumadora. También puede sentirse poco sincero si intenta dar a otras personas la impresión de que usted es extrovertido. En cambio, sea amable consigo mismo. Rechace las invitaciones si cree que realmente no disfrutará estar en un evento social. Y no tenga miedo de poner fin a las interacciones antes de tiempo si las emociones negativas o el cansancio empiezan a agotarlo.