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Abuso doméstico

Abuso y negligencia infantil

Las señales de advertencia del abuso y la negligencia infantil no siempre son obvias. Pero aprender a reconocer las señales de un problema puede hacer una gran diferencia en la vida de un niño.

¿Qué es el abuso y la negligencia infantil?

El abuso infantil va más allá de solo tener un ojo morado. Si bien el abuso físico es impactante debido a las marcas que deja, no todas las señales del abuso infantil son tan obvias. Ignorar las necesidades de un niño, ponerlo en situaciones peligrosas sin supervisión, exponerlo a situaciones sexuales o hacer que se sienta inútil o tonto también son formas de abuso y negligencia infantil, y pueden dejar cicatrices profundas y duraderas en los niños.

Independientemente del tipo de abuso, el resultado es un daño emocional grave. Pero hay ayuda disponible. Si sospecha que un niño está sufriendo abuso o negligencia, es importante que alce la voz. Al detectar el problema lo más pronto posible, tanto el niño como el abusador pueden obtener la ayuda que necesitan.

Para empezar, es importante separar los mitos del abuso y la negligencia infantil de las realidades:

Mitos y realidades del abuso y la negligencia infantil

Mito:

Solo es abuso si es violento.

Realidad:

El abuso físico es solo un tipo de abuso infantil. La negligencia infantil o el abuso sexual o emocional pueden infligir daños de la misma magnitud. Ya que las señales no siempre son tan obvias, es posible que la intervención de otras personas sea menos probable.

Mito:

Solo las personas malas abusan de sus niños.

Realidad:

No todos los padres o tutores abusivos dañan intencionalmente a sus niños. Muchos de ellos también han sido víctimas y no conocen otra forma de crianza. Es posible que otros luchen contra problemas mentales o de abuso de sustancias.

Mito:

El abuso no sucede en las “buenas” familias.

Realidad:

El abuso y la negligencia no suceden únicamente en las familias pobres o en los vecindarios malos. Estos comportamientos cruzan todas las líneas raciales, económicas y culturales. A veces, las familias que desde afuera parecen tenerlo todo, esconden una historia diferente a puertas cerradas.

Mito:

La mayoría de los abusadores infantiles son extraños.

Realidad:

Si bien el abuso por parte de extraños sí sucede, la mayoría de los abusadores son familiares u otras personas cercanas a la familia.

Mito:

Los niños que sufren abuso siempre se convierten en abusadores.

Realidad:

Es cierto que es más probable que los niños que sufren abuso repitan el ciclo cuando son adultos, que repitan de manera inconsciente lo que experimentaron al ser niños. Por otra parte, muchos adultos sobrevivientes del abuso infantil tienen una fuerte motivación para proteger a sus hijos contra lo que ellos vivieron y para convertirse en excelentes padres.

Efectos del abuso y la negligencia infantil

Todos los tipos de abuso y negligencia dejan cicatrices duraderas. Algunas de estas cicatrices pueden ser físicas, pero las cicatrices emocionales tienen efectos prolongados y duraderos a lo largo de la vida, lo que daña el sentido de identidad del niño, sus relaciones futuras y la capacidad de funcionar en el hogar, el trabajo y la escuela.

Algunos de los efectos del abuso y la negligencia de un niño incluyen:

Falta de confianza y dificultades en las relaciones. Si no puedes confiar en tus padres, ¿en quién puedes confiar? Sin esta base, es muy difícil aprender a confiar en la gente o saber quién es confiable. Esto puede resultar en una dificultad para mantener relaciones en la adultez. También puede llevar a tener relaciones poco saludables debido a que el adulto no sabe lo que es una buena relación.

Profundos sentimientos de sentirse «inútil». Si cuando eres niño te dicen una y otra vez que eres estúpido o no sirves para nada, es muy difícil superar estos sentimientos profundos. A medida que crecen, es posible que los niños que sufren negligencia descuiden su educación o se conformen con empleos poco remunerados debido a que creen que no valen más. Los sobrevivientes de abuso sexual, con el estigma y la vergüenza que rodea el abuso, a menudo luchan con un sentimiento de estar dañados.

Problemas para regular las emociones. Los niños que sufren abuso no pueden expresar sus emociones de manera segura. Como resultado, las emociones se acumulan y salen de maneras inesperadas. Los adultos sobrevivientes del abuso infantil luchan contra sentimientos de ansiedad, depresión o ira inexplicables. Es posible que recurran al alcohol o a las drogas para adormecer los sentimientos de dolor.

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Cómo reconocer los diferentes tipos de abuso infantil

El comportamiento abusivo se presenta de diferentes formas, pero el común denominador es el efecto emocional en el niño. Ya sea que el abuso sea una cachetada, un comentario hiriente, estar en silencio sepulcral o no saber si habrá una cena sobre la mesa, el resultado final es un niño que se siente inseguro, descuidado y solo.

Abuso emocional

Contrario a las creencias de algunas personas, las palabras pueden herir y el abuso emocional puede dañar gravemente la salud mental del niño o su desarrollo social. Algunos ejemplos de abuso emocional incluyen:

  • Menosprecio, avergonzamiento y humillación constantes.
  • Insultar y hacer comparaciones negativas con otros.
  • Decirle a un niño que es un «bueno para nada», «inútil», que es «malo» o «un error».
  • Gritos, amenazas o acoso frecuentes.
  • Ignorar o rechazar a un niño como castigo, dejándoles de hablar por completo.
  • Limitar el contacto físico con el niño: no abrazar, besar o mostrar otras señales de afecto.
  • Exponer al niño a situaciones de violencia contra otros, ya sea contra el otro padre, un hermano o incluso una mascota.

Negligencia infantil

La negligencia, un tipo muy común de abuso infantil, es el patrón de no satisfacer las necesidades básicas del niño, que incluyen una alimentación, vestimenta, higiene y supervisión adecuadas.

La negligencia infantil no siempre se detecta con facilidad. Algunas veces, es posible que el padre no tenga la capacidad física o mental de cuidar a un hijo, como en los casos de padecer una enfermedad o lesión grave, o una depresión o ansiedad no tratadas. En otras ocasiones, es posible que el abuso del alcohol o drogas afecte gravemente el juicio y la capacidad de mantener al niño seguro.

[Lea: Alcoholismo y abuso del alcohol]

Abuso físico

Esto involucra infligir daños o lesiones físicas al niño. Es posible que sea el resultado de un intento deliberado de dañar al niño o un castigo físico excesivo. Muchos padres físicamente abusivos insisten en que sus acciones son tan solo métodos de disciplina, formas en que los niños aprenden a comportarse. Pero hay una gran diferencia entre usar el castigo físico para disciplinar y el abuso físico.

Los siguientes elementos están presentes en el abuso físico:

  • Impredecibilidad. El niño nunca sabe qué sacará de quicio al padre. No hay límites o reglas claras. El niño actúa con cuidado constantemente para no causar ninguna molestia, nunca está seguro de qué comportamiento detonará la agresión física.
  • Agresividad con ira. Los padres abusivos se comportan de esa manera por la ira y el deseo de mantener el control, no de la motivación de enseñar de forma amorosa al niño. Mientras más enojado esté el padre, más intenso es el abuso.
  • Uso del miedo para controlar el comportamiento. Es posible que los padres abusivos crean que sus hijos necesitan temerles para comportarse, por lo que usan el abuso físico para «mantenerlos a raya». Sin embargo, lo que realmente aprenden los niños es a cómo evitar que los golpeen, no a comportarse o a crecer como personas.

Abuso sexual

El abuso sexual infantil es una forma de abuso particularmente complicada debido a sus capas de culpa y vergüenza. Es importante reconocer que el abuso sexual no siempre involucra el contacto corporal. Exponer a un niño a situaciones o materiales sexuales es sexualmente abusivo, ya sea que involucre contacto o no.

[Lea: Cómo recuperarse de una violación y un trauma sexual]

  • A los niños que sufren un abuso sexual normalmente les atormenta la vergüenza y la culpa. Es posible que sientan que son responsables del abuso o que de alguna manera ellos lo ocasionaron. Esto puede resultar en un autodesprecio, así como en problemas sexuales y en las relaciones a medida que crecen.
  • La vergüenza del abuso sexual dificulta en gran medida que los niños lo den a conocer. Es posible que les preocupe que otros no les crean, que se enojarán con ellos o que su familia se separará a consecuencia de ello. Debido a estas dificultades, no es común que existan acusaciones falsas de abuso sexual, por lo que si un niño se lo cuenta, tómelo en serio.

Señales de advertencia del abuso y la negligencia infantil

Las señales de advertencia de que un niño sufre abuso o negligencia infantil pueden variar según el tipo de abuso que inflijan.

Señales de advertencia de abuso emocional

Es posible que los niños:

  • Se muestren excesivamente retraídos, temerosos o ansiosos por hacer algo mal.
  • Muestren comportamientos extremos (extremadamente obedientes, desafiantes, pasivos, agresivos).
  • Muestren que no hay un apego con el padre o cuidador.
  • Actúen indebidamente como adultos (cuiden a otros niños) o indebidamente infantiles (se chupen el dedo, hagan berrinches).

Señales de advertencia de abuso físico

Es posible que los niños:

  • Tengan lesiones frecuentes o moretones, golpes o cortes sin explicación. Es posible que las lesiones parezcan tener un patrón como las marcas de una mano o un cinturón.
  • Siempre estén atentos o «vigilantes», como si esperaran que algo malo fuera a pasar.
  • Se mantengan alejados del tacto, se estremezcan con los movimientos abruptos o parezca que tienen miedo de ir a casa.
  • Usen ropa inapropiada para cubrir las lesiones, como camisas de manga larga en días calurosos.

Señales de advertencia de la negligencia infantil

Es posible que los niños:

  • Usen ropa que no les queda, que está sucia o que no es adecuada para el clima.
  • Tengan mala higiene de forma constante (sin bañarse, pelo sucio o despeinado, olor corporal perceptible).
  • Tengan enfermedades y lesiones físicas sin tratar.
  • Estén sin supervisión o solos en casa con frecuencia, o les permiten que jueguen en situaciones inseguras.
  • Lleguen tarde o falten a la escuela con frecuencia.

Señales de advertencia de abuso sexual en niños

Es posible que los niños:

  • Tengan problemas para caminar o sentarse.
  • Muestren conocimiento de actos sexuales inapropiados para su edad o incluso muestren un comportamiento seductor.
  • Hagan muchos esfuerzos para evitar a una persona en particular sin razones obvias.
  • No quieran cambiarse de ropa frente a otras personas o participar en actividades físicas.
  • Tengan una ETS (STD, por sus siglas en inglés) o un embarazo, especialmente si tienen menos de 14 años.
  • Intenten escapar de su hogar.

Factores de riesgo del abuso y la negligencia infantil

Si bien el abuso y la negligencia ocurren en todos los tipos de familias, los niños tienen un mayor riesgo en ciertas situaciones.

Violencia doméstica. Incluso si el padre que sufre abuso hace lo mejor posible para proteger a su hijo, la violencia doméstica causa daños en extremo. Salirse de ahí es la mejor manera de ayudar a los hijos.

[Lea: Violencia y abuso domésticos]

Abuso de alcohol y drogas. Es posible que los padres que están borrachos o drogados no puedan cuidar a sus hijos, tomar buenas decisiones de crianza o controlar los impulsos que a menudo son peligrosos. El abuso de sustancias también puede resultar en el abuso físico.

Enfermedades mentales no tratadas. Es posible que las personas que sufren de depresión, de un trastorno de ansiedad, trastorno bipolar u otra enfermedad mental tengan problemas para cuidarse a sí mismas, y menos a sus hijos. Es posible que un padre con una enfermedad mental o un trauma sea distante y retraído con sus hijos, o que se enfade rápidamente sin entender el motivo. Que el cuidador reciba un tratamiento significa que los niños recibirán un mejor cuidado.

Falta de habilidades de crianza. Algunos cuidadores nunca aprendieron las habilidades necesarias para desempeñar una buena crianza. Es posible que los padres adolescentes, por ejemplo, tengan expectativas poco realistas sobre qué tanto cuidado necesitan los bebés y los niños. O es posible que los padres que fueron víctimas de abuso infantil solo sepan cómo criar a sus hijos de la misma manera en que ellos fueron criados. Las clases de crianza, la terapia y los grupos de apoyo para cuidadores son excelentes fuentes para aprender mejores habilidades de crianza.

Estrés y falta de apoyo. Ser padre puede ser un trabajo estresante y que exige mucho tiempo, especialmente si está criando a sus hijos sin el apoyo de su familia y amigos, o si está enfrentando problemas en la relación o dificultades financieras. Cuidar a un niño con una discapacidad, necesidades especiales o comportamientos difíciles también puede ser un reto. Es importante recibir el apoyo que necesita para que tenga la capacidad física y emocional de apoyar a su hijo.

Cómo reconocer el comportamiento abusivo en usted mismo

Criar a un niño es uno de los retos más grandes en la vida, y puede detonar la ira y la frustración hasta en el padre o tutor más tranquilo. Si creció en un hogar en el que los gritos o la violencia era la norma, es posible que no conozca otra manera de criar a sus hijos.

Reconocer que tiene un problema es el paso más importante para obtener ayuda. Las siguientes son señales de advertencia de que posiblemente esté cruzando la línea hacia el abuso:

No puede detener su ira. Es posible que lo que comience como una nalgada termine en múltiples repeticiones cada vez más fuertes. Es posible que sacuda a su hijo cada vez más y finalmente lo tire. Se da cuenta de que está gritando cada vez más fuerte y no puede dejar de hacerlo.

[Lea: Control de la ira]

Se siente emocionalmente desconectado de su hijo. Es posible que se sienta tan abrumado que no quiera tener nada que ver son su hijo. Solo quiere que le deje en paz y que esté en silencio.

Satisfacer las necesidades diarias de su hijo parece algo imposible. Es cierto que todos tienen dificultades para organizar de forma equilibrada la vestimenta, la comida y llevar a los niños a la escuela u otras actividades, pero si usted no puede lograrlo con frecuencia, es una señal de que tal vez algo esté mal.

Otras personas han expresado sus inquietudes. Es fácil enojarse con otras personas por expresar sus inquietudes. Sin embargo, considere cuidadosamente lo que dicen. ¿Son las palabras de alguien que normalmente respeta y confía?

Cómo romper el ciclo del abuso

Si usted tiene antecedentes de abuso infantil, tener a sus propios hijos puede detonar fuertes recuerdos y sentimientos que quizás haya reprimido. Es posible que se sienta conmocionado y abrumado por la ira, y sienta que no puede controlarla. Pero puede aprender nuevas formas de controlar sus emociones y romper los patrones anteriores.

Recuerde, usted es la persona más importante en el mundo de su hijo, y no tiene que lograrlo solo. Hay ayuda y apoyo disponibles:

Aprenda lo que es y lo que no es adecuado para cada edad. Tener expectativas realistas de lo que los niños pueden enfrentar a ciertas edades le ayudará a evitar la frustración y la ira ante un comportamiento infantil normal. Por ejemplo, los recién nacidos no dormirán tranquilamente toda la noche sin interrupción y los niños pequeños no podrán sentarse tranquilos durante largos periodos.

Desarrolle nuevas habilidades de crianza. Comience por aprender técnicas de disciplina adecuadas y cómo establecer límites claros para sus hijos. Las clases, los libros y los seminarios sobre crianza brindan esta información. También puede acudir a otros padres para recibir consejos y orientación.

Cuídese. Si no descansa lo suficiente, si no recibe el apoyo suficiente o si se siente abrumado, es mucho más probable que sucumba a la ira. Con la falta de sueño, algo común en los padres de niños pequeños, aumentan los cambios de humor y la irritabilidad, precisamente lo que intenta evitar.

Aprenda cómo controlar sus emociones. Si sufrió abuso o negligencia cuando era niño, es posible que se le dificulte especialmente entrar en contacto con todas sus emociones. Es posible que haya tenido que negarlas o reprimirlas cuando era niño, y ahora se desbordan sin su control. El Kit de herramientas de inteligencia emocional gratuito de HelpGuide puede ayudarle.

Busque ayuda profesional. Romper el ciclo del abuso puede ser muy difícil si los patrones están muy arraigados. Si parece no poder detenerse sin importar cuánto lo intente, es momento de recibir ayuda, ya sea en forma de terapia, clases de crianza u otras intervenciones. Sus hijos de lo agradecerán.

Cómo ayudar a un niño que sufre abuso o negligencia

¿Qué debe hacer si sospecha que un niño sufre abuso? ¿O si un niño se lo cuenta? Es normal sentirse un poco abrumado y confuso. El abuso infantil es un tema difícil que puede ser difícil de aceptar e incluso más difícil de hablar, tanto para usted como para el niño. Al hablar con un niño que sufre abuso, la mejor manera de animarlo es brindar consuelo con calma y apoyo incondicional. Si se le dificulta encontrar las palabras adecuadas, deje que las acciones hablen por usted.

Evite la negación y mantenga la calma. Una reacción común ante una noticia tan desagradable e impactante como el abuso infantil es la negación. Sin embargo, si muestra negación a un niño, o si expresa conmoción o desagrado hacia lo que está diciendo, es posible que el niño tenga miedo de continuar y se cierre. Aunque sea difícil, mantenga la calma y brinde consuelo tanto como pueda.

No interrogue. Permita que el niño le explique en sus propias palabras lo que sucedió, pero no le interrogue ni haga preguntas tendenciosas. Esto puede confundir y poner nervioso al niño y hacer que continuar su historia le sea más difícil.

Asegure al niño que no hizo nada malo. Se necesita mucho valor para que un niño dé a conocer el abuso. Asegúrele que se tomó en serio lo que le dijo, y que no es su culpa.

La seguridad es primero. Si siente que su seguridad o la seguridad del niño estarían en peligro si usted intenta intervenir, déjelo en manos de los profesionales. Es posible que pueda brindar más apoyo después.

Cómo informar el abuso o la negligencia infantil

Si sospecha que un niño sufre abuso, es crucial que lo informe, así como seguir informando cada incidencia por separado si siguen ocurriendo. Cada informe que haga es una imagen de lo que sucede en la familia. Mientras más información pueda proporcionar, existe más probabilidad de que el niño reciba la ayuda que merece. Por supuesto, es normal tener algunas reservas o inquietudes sobre el informe de un abuso infantil.

Cómo superar las inquietudes sobre el informe de un abuso o negligencia infantil

Inquietud: “No quiero interferir en la familia de otra persona”.
Realidad: el abuso y la negligencia infantil NO es únicamente un asunto familiar, y las consecuencias de permanecer en silencio pueden ser devastadoras para el niño.
Inquietud: “¿Y si destruyo el hogar de alguien?”.
Realidad: el informe de un abuso infantil no significa que el niño es retirado de su casa de forma automática, a menos que sea claro que está en peligro. Es posible que primero se ofrezca apoyo a los padres, como clases de crianza u orientación de control de ira.
Preocupación: “Sabrán que fui yo quien llamó”.
Realidad: el informe puede ser anónimo. En la mayoría de los lugares, no tiene que dar su nombre cuando informa un abuso infantil.
Inquietud: “Lo que tengo que decir no hará la diferencia”.
Realidad: si tiene el presentimiento de que algo está mal, más vale prevenir que lamentar. Incluso si no tiene un panorama completo, es posible que otros también hayan notado señales, y un patrón puede ayudar a identificar el abuso infantil que de otra manera se hubiera pasado por alto.

Líneas directas para informar un abuso infantil

Última actualización o revisión el agosto 21, 2025