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Ansiedad

Ansiedad en niños y adolescentes: Una guía para padres

La ansiedad suele ser una parte normal de la niñez y la adolescencia, pero existe una diferencia entre la preocupación cotidiana y la ansiedad crónica. Al comprender las diferencias, puede ayudar a su hijo a manejar sus síntomas de manera efectiva.

Cómo entender la ansiedad en niños y adolescentes

Como padres, siempre deseamos lo mejor para nuestros hijos. Queremos que sean saludables, felices y resilientes cuando se enfrenten a los retos de la vida. A menudo es más fácil decirlo que hacerlo con las exigencias diarias y las responsabilidades de los padres. La ansiedad es un problema frecuente en niños, adolescentes y jóvenes, que a menudo se experimenta en distintas fases del desarrollo. Los trastornos de ansiedad pueden diagnosticarse por primera vez en niños de entre cuatro y ocho años de edad, mientras que una encuesta reciente reveló que alrededor del 32 % de los adolescentes de EE. UU. padecen un trastorno de ansiedad, una cifra que ha aumentado sustancialmente con los años. El estudio también reveló que uno de cada cuatro o cinco adolescentes tiene una discapacidad grave relacionada con su trastorno de ansiedad.

La pandemia de COVID-19 aumentó la ansiedad en niños y adolescentes, con las alteraciones de sus rutinas normales en la escuela, la vida familiar y las relaciones con sus compañeros. No siempre es fácil reconocer la diferencia entre las preocupaciones normales y los trastornos de ansiedad en niños y adolescentes, sobre todo en estos tiempos de estrés. Por ejemplo, los jóvenes a menudo se preocupan por el trabajo escolar o los exámenes, pero esto suele ser temporal una vez que pase el factor estresante inmediato. Sin embargo, si la preocupación se vuelve constante e interfiere en el funcionamiento diario del niño, puede afectar negativamente en su calidad de vida en general.

Aunque hacer frente a la ansiedad de su hijo puede ser una situación difícil para usted como padre, la buena noticia es que la ansiedad es una afección altamente tratable. También hay mucho que puede hacer para ayudar a su hijo. En lugar de asumir que su hijo superará su ansiedad, es mejor comenzar a tomar medidas lo antes posible para ayudarle a lidiar con sus síntomas y recuperar el control sobre su forma de ver el mundo que le rodea.

Síntomas de ansiedad en niños y adolescentes

Los síntomas de la ansiedad varían considerablemente y a menudo no se diagnostican en niños y adolescentes. Los trastornos de ansiedad en los niños se caracterizan por irritabilidad, nerviosismo, preocupación excesiva, timidez, problemas para dormir o síntomas físicos, como dolores de cabeza o problemas digestivos.

Los niños se ven muy afectados por lo que sucede en el mundo que les rodea. Pueden sentirse agotados y aislados de los demás, así como temerosos o con sentimientos de vergüenza. Los niños con ansiedad también pueden tener dificultad para hacer amigos o participar en otras actividades sociales.

Entre los síntomas más comunes en los niños se encuentran:

  • Dificultad para concentrarse.
  • Problemas para dormir o pesadillas.
  • Hacer berrinches o tener problemas de ira.
  • Estar tenso o inquieto.
  • Periodos frecuentes de llanto.
  • Quejarse con frecuencia de no sentirse bien.

Para los adolescentes, la mayoría de sus preocupaciones están relacionadas con sentimientos sobre sí mismos. Estos pueden abarcar el rendimiento académico y las presiones para tener éxito en la escuela, cómo son percibidos por los demás y las preocupaciones sobre su imagen corporal relacionadas con el desarrollo físico.

La ansiedad en los adolescentes no siempre es evidente porque tienden a disfrazar sus pensamientos y sentimientos. Algunas de las señales a las que hay que prestar atención son:

  • Miedos o preocupaciones constantes sobre aspectos rutinarios de su vida.
  • Alejamiento de amigos o actividades sociales.
  • Irritabilidad o agresividad hacia los demás.
  • Dificultades en la escuela o un bajo rendimiento repentino.
  • Negarse a ir a la escuela.
  • Problemas para dormir.
  • Abuso de sustancias.
  • Búsqueda constante de consuelo.

Sean cuales sean los síntomas específicos de su hijo o adolescente, la ansiedad puede tener un efecto negativo en sus pensamientos, emociones y salud física. Esto, a su vez, puede interferir en su capacidad para funcionar tanto académica como socialmente. Ayudarle a afrontar el problema empieza por reconocer las causas de sus síntomas de ansiedad.

Causas de la ansiedad en los niños

Hay muchas razones por las que los niños se vuelven ansiosos. Lo más probable es que los trastornos de ansiedad sean causados por una combinación de factores ambientales y biológicos. La ansiedad tiende a ser hereditaria y es más común en las niñas que en los niños.

Los trastornos de ansiedad abarcan varios tipos de problemas de salud mental, incluido el trastorno de ansiedad generalizada (TAG o GAD, por sus siglas en inglés), trastorno obsesivo-compulsivo (TOC o OCD, por sus siglas en inglés), trastorno de pánico, trastorno de estrés postraumático (TEPT o PTSD, por sus siglas en inglés), trastorno de ansiedad social y otras fobias específicas. Algunos niños también tienen ansiedad por separación con miedo y angustia por estar lejos de casa.

[Lea: Trastornos y ataques de ansiedad]

Los niños y adolescentes pueden tener más de un tipo de ansiedad al mismo tiempo. Los tres tipos de ansiedad más comunes en los niños son la ansiedad por separación, la ansiedad social y la ansiedad generalizada.

El inicio de un trastorno de ansiedad a menudo se desencadena por eventos estresantes, como cambios abruptos en sus vidas, dificultades en la escuela, tener responsabilidades adicionales más allá de su nivel de madurez, estrés por situaciones familiares o experiencias traumáticas, como ser acosado u otras formas de abuso.

Los padres ansiosos o que sobreprotegen a sus hijos también pueden contribuir a la ansiedad de un niño. La investigación realizada en 2021 destacó cómo el apoyo de los padres era un factor crucial para la salud mental de los adolescentes. Al motivar a su hijo a desarrollar estrategias de afrontamiento, como la aceptación, la distracción y una mentalidad positiva, puede ayudarle a fortalecer su bienestar y aliviar su estrés y ansiedad.

El papel de las redes sociales en la ansiedad infantil

Los adolescentes y jóvenes, en particular, pasan innumerables horas en sus teléfonos inteligentes enviando mensajes de texto a amigos, e interactuando en sus cuentas de Instagram, Facebook, Snapchat y Twitter. Recibir notificaciones de redes sociales durante todo el día puede influir en sus pensamientos y sentimientos sobre sí mismo. En algunos aspectos, esto puede ser una experiencia agradable y positiva, pero en otros también puede aumentar la ansiedad y los sentimientos de aislamiento y depresión.

Si bien las redes sociales pueden ayudar a los niños y adolescentes a mantenerse conectados y mantener lazos más estrechos con amigos y familiares, también pueden promover el acoso y tener un impacto negativo en la autoimagen y la autoestima.

Un estudio de 2019 de más de 6,500 niños de 12 a 15 años de edad en EE. UU. indicó que aquellos que pasaban más de tres horas al día en las redes sociales tenían un mayor riesgo de problemas de salud mental. Un estudio interno realizado en Facebook en 2021 reveló que los adolescentes pueden tener dificultades con el aumento de la comparación social y la presión de grupo, e Instagram se cita como una fuente que puede empeorar los problemas de salud mental existentes.

Lea: Las redes sociales y la salud mental.

Consejo 1 para ayudar a su hijo con ansiedad: Responda a su ansiedad de la manera correcta

Esto puede parecer intuitivo, pero como padre que trata con un niño que tiene ansiedad, es importante que permanezca lo más tranquilo y esperanzado posible. La forma en que responde a los pensamientos y comportamientos de su hijo puede tener un impacto significativo en su capacidad para sobrellevar la situación.

Hable con su hijo sobre sus preocupaciones

Inicie una conversación con su hijo pidiéndole que exprese sus sentimientos acerca de sus preocupaciones. Solo decirle a un niño que no se preocupe o que deje de pensar en sus problemas no es un apoyo ni una validación. Es mejor asegurarle a su hijo que está bien que tenga miedo y enfatizar que usted estará ahí para ayudarle en cada paso del camino.

[Lea: Cómo dejar de preocuparse]

Si su hijo tiene dificultad para explicar cómo se siente, pídale que lo comunique en forma de una historia. Al salir de sí mismo, su hijo puede sentirse más cómodo y más capaz de describir sus sentimientos y emociones.

Muestre preocupación y comprensión

Expresar ánimo y compasión, combinados con un enfoque de colaboración para encontrar soluciones viables, puede ser una herramienta poderosa. Las investigaciones indican que la empatía materna tiene un impacto significativo en el alivio de la angustia en los niños.

Hágale saber a su hijo que la ansiedad no es algo de lo que deba avergonzarse y que usted está ahí para ayudarle a entender qué le produce ansiedad y a encontrar formas de controlarla. Este enfoque de trabajo en equipo es un vínculo compartido entre usted y su hijo, al mismo tiempo que fomenta la capacidad de su hijo para tolerar su propia ansiedad.

Apoye, pero no controle

La clave es ayudar a su hijo a manejar su ansiedad, pero no ser demasiado sobreprotector en un intento por eliminarla. Al escuchar con atención y expresar empatía, ya está dando una gran cantidad de apoyo.

También puede hablar sobre cómo afrontar distintas situaciones. Si su hijo tiene ansiedad por separación, por ejemplo, y estaba en casa de un amigo y se sentía preocupado por volver a casa, haga una lluvia de ideas sobre las respuestas apropiadas. Su hijo podría preguntarle a la mamá del amigo a qué hora pasará usted a recogerlo, por ejemplo, o podría pedirle a la mamá que le llame para saber a qué hora llegará usted. Tener estrategias como estas puede ayudar a tranquilizar a su hijo y reducir los sentimientos de ansiedad.

Desarrolle las habilidades de afrontamiento de su hijo

En lugar de evitar los factores desencadenantes de la ansiedad de su hijo, puede ayudarle a desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas. Dar retroalimentación positiva frecuente alentará a su hijo a sentirse más capaz y seguro de sí mismo. Establezca metas pequeñas que sean realistas y alcanzables. Cada vez que se alcance una meta, usted puede decir: me enorgullece la forma en que manejaste la situación y superaste tu ansiedad.

Asegúrese de elogiar el esfuerzo de su hijo cada vez que muestre algún tipo de resiliencia o enfrente sus miedos. Si ocurre un contratiempo, tranquilice a su hijo diciéndole que no se trata de un fracaso, sino de una experiencia de aprendizaje que le ayudará a superar futuros obstáculos. Háblele sobre lo que podría cambiar la próxima vez para tener un mejor resultado. Se sentirá más empoderado a medida que tome el control de la situación.

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Consejo 2: Sea un ejemplo positivo a seguir para su hijo

Su hijo le admira y necesita que le enseñe a controlar el estrés y la ansiedad. La forma en que maneja la frustración y expresa la ira es un buen ejemplo. Trate de mantener la calma y la paciencia en la medida de lo posible cuando se enfrente a problemas y situaciones difíciles. La forma en que habla y de lo que habla también puede tener una gran influencia incluso en los valores y el comportamiento de un adolescente difícil.

Los padres que se cuidan durmiendo lo suficiente, haciendo ejercicio con regularidad y siguiendo una dieta sana pueden motivar a sus hijos a hacer lo mismo. Si practica yoga, meditación u otras técnicas de relajación, es probable que sus hijos presten más atención a su propio bienestar. Sin embargo, evite hacer comentarios negativos sobre su propio cuerpo, ya que esto puede ocasionar una mala imagen corporal y humillación corporal.

[Lea: Humillación corporal: Causas, efectos y cómo mejorar su imagen corporal]

Modelar un enfoque saludable de la vida también puede enseñar a sus hijos valiosas lecciones. Todos cometemos errores y los niños deben darse cuenta de que, aunque los padres tienen defectos, aún pueden superar la adversidad con éxito. Esto puede ayudar a eliminar presiones innecesarias que pueden contribuir a la ansiedad de su hijo.

Consejo 3: Practique técnicas de relajación con su hijo

Ofrezca hacer algunos ejercicios de respiración profunda o meditación con su hijo. De este modo, reconocerá cómo se siente y le proporcionará estrategias de relajación proactivas que podrán probar juntos. Cuando los niños están ansiosos, su respiración suele ser poco profunda. Puede probar la respiración abdominal profunda en la que su hijo coloca una mano sobre el pecho y la otra sobre el vientre. Al inhalar, su abdomen debe expandirse y al exhalar, su abdomen debe contraerse.

La respiración consciente consiste en enfocarse en la respiración y llevar la atención al momento presente. Haga que su hijo cierre los ojos e inhale y exhale lentamente. Mientras respira, puede reflexionar sobre áreas de tensión en su cuerpo. Luego, puede visualizar una sensación de calidez y comodidad para aliviar la incomodidad en estas áreas.

[Escuche: Meditación de respiración consciente]

Los niños mayores y los adolescentes también pueden disfrutar explorando varios tipos de yoga, meditación, imágenes guiadas y otras técnicas de relajación.

Apagar el teléfono celular y las redes sociales y sintonizar su «lugar feliz» es una gran habilidad para practicar todos los días. Su adolescente puede evocar un recuerdo específico o una situación que le haga sentir tranquilo, seguro y contento. Tal vez esto esté asociado con pasar tiempo en la playa, un lugar de vacaciones tranquilo o estar rodeado de naturaleza. El uso de la visualización de bellas imágenes o sonidos agradables es una forma ideal de aprovechar este estado de relajación.

Consejo 4: Fomente una buena higiene del sueño

Dado que los niños ansiosos suelen tener problemas para dormir, es esencial establecer una rutina de sueño predecible y relajante. Establezca un horario de sueño regular, reduciendo el ejercicio y la exposición a la luz cerca de la hora de acostarse y evitando la cafeína.

Asegúrese de que su hijo se sienta cómodo y seguro a la hora de acostarse, con distracciones mínimas para ayudarle a conciliar el sueño. Su dormitorio debe ser fresco, tranquilo y acogedor. El tiempo de exposición a la pantalla en computadoras, teléfonos, televisores o videojuegos debe reducirse al menos una hora antes de acostarse. Este es un momento ideal para leerle a su hijo o escuchar música suave y relajante. Un niño más pequeño también puede sentirse más seguro con una luz de noche encendida o con un animal de peluche o una manta suave para consolarlo.

Consejo 5: Fomente el uso saludable de las redes sociales

Dado que los estudios revelan tanto sus efectos benéficos como perjudiciales, hablar con los niños sobre las ventajas y desventajas de las redes sociales es un buen punto de partida.

En lugar de simplemente tratar de obligar a su hijo a guardar su teléfono, lo que puede aumentar su ansiedad, hay pasos más positivos que puede tomar:

  • Dé un buen ejemplo a su hijo limitando su propio tiempo frente a la pantalla y su participación en las redes sociales.
  • Motive a su hijo a socializar más con amigos en persona y a participar en actividades creativas, en lugar de enfocarse en la cantidad de «me gusta» que atraen sus publicaciones en las redes sociales. Si la exposición a la pantalla no se convierte en un hábito desde el principio, los niños aprenderán a ocuparse de otras maneras.
  • Reserve un horario para que toda la familia deje de exponerse a pantallas de teléfonos y computadoras. Esta puede ser una actividad diaria por un corto periodo de tiempo, o durante un fin de semana cuando esté ocupado con actividades familiares.
  • Recuerde especialmente a los adolescentes que las imágenes que ven en las redes sociales a menudo están alteradas digitalmente y no son una representación exacta de la vida real. Del mismo modo, las publicaciones sobre fiestas o eventos a los que no fue invitado suelen parecer más divertidos de lo que realmente fueron.
  • Motive a su hijo a cortar lazos con aquellos que publican comentarios negativos sobre su persona y pídale que sea responsable cuando publique comentarios sobre otras personas. Los adolescentes, en especial, pueden ser impulsivos y no darse cuenta de que el contenido que comparten puede ser hiriente o inapropiado.
  • Disminuya el tiempo de pantalla si las redes sociales están afectando el trabajo escolar, el sueño o la participación en actividades al aire libre de su hijo.

Consejos adicionales para ayudar a un adolescente

Muchas de las técnicas antes mencionadas pueden ser efectivas para ayudar a niños y adolescentes con ansiedad. Sin embargo, dado que los adolescentes suelen tener cierto grado de conocimiento sobre la ansiedad y los trastornos de ansiedad, existen algunas estrategias adicionales que pueden ayudar.

Hable con su adolescente sobre la ansiedad

Asegúrele a su adolescente que la ansiedad también puede servir como una emoción protectora bajo ciertas circunstancias. La ansiedad nos hace conscientes de los peligros potenciales y nos ayuda a mantenernos a salvo. Esa sensación de inquietud en el estómago que experimentamos a veces puede ser una señal de una amenaza potencial. Dado que prestar atención a estas señales de advertencia es una forma de evitar situaciones dañinas, sentirse ansioso puede tener un propósito positivo. También puede ayudar a su adolescente a sentirse menos temeroso acerca de su ansiedad hablándole sobre lo que puede cambiar para mejorar una situación particular en el futuro.

Mantenga un diálogo abierto con su adolescente. Mantener una comunicación efectiva con los adolescentes puede ser difícil e incluso incómodo en algunas ocasiones. Los adolescentes no siempre confían en sus padres a medida que se hacen más independientes. Tener un estilo de comunicación de apoyo mejorará la confianza y la tranquilidad al compartir sus sentimientos.

Es imprescindible establecer una comunicación regular con los adolescentes y preguntarles cómo les fue en el día. Es posible que no entren en muchos detalles, pero sabrán que está realmente interesado y preocupado por ellos. Unas palabras de aliento pueden ayudar mucho. Dígale a su adolescente lo orgulloso que está de su persona y del progreso que está logrando. Si expresa preocupación o ansiedad por una situación en particular, esta es una oportunidad para iniciar una conversación más profunda. Valide sus sentimientos diciendo sé que esta es una situación difícil o eso parece ser muy doloroso.

Utilice habilidades de escucha activa. Los adolescentes buscan en los padres conexiones de apoyo y formas de expresar sus sentimientos. Al escuchar con atención y validar sus sentimientos sin juzgar ni criticar, puede ayudar a aliviar sus síntomas de ansiedad. Para ello, préstele toda su atención, haciendo contacto visual para demostrar que está interesado en lo que dice y asintiendo con la cabeza de vez en cuando para demostrarle que realmente lo está escuchando. Evite interrumpir a su adolescente mientras habla, para que se sienta cómodo expresándose por completo.

[Lea: Comunicación efectiva]

Prepárese para manejar situaciones difíciles. Hable de las respuestas racionales e irracionales a los retos que enfrenta su adolescente, ya sea que estén relacionados con la escuela, las relaciones sociales o las preocupaciones generales de la vida. Reconozca que determinadas circunstancias pueden provocarle ansiedad, pero sitúelas en la perspectiva adecuada para evitar que estos sentimientos se desproporcionen y le generen más ansiedad. Los adolescentes pueden exagerar, a propósito o sin querer, sus sentimientos de dolor o ansiedad, y también pueden argumentar si sienten que usted, como padre, no los comprende.

Al hablar sobre cómo respondieron a una situación, ofrezca algunos métodos alternativos que puedan ser más efectivos. Por ejemplo, si su adolescente recibió una calificación reprobatoria en un examen y reaccionó etiquetándose a sí mismo como tonto o pensando que nunca se graduará, puede ayudarle a replantear estos pensamientos irracionales. Ayúdale a ver el problema de una forma más realista al enfatizar que solo es un examen y que puede mejorar sus notas estudiando más o trabajando con un tutor.

Desarrolle la autoestima de su adolescente

Resalte las fortalezas de su adolescente en lugar de sus debilidades. En lugar de enfocarse en su ansiedad, puede enfatizar sus atributos positivos. Puede ser tan sencillo como felicitar a su hijo por su atención, amabilidad o consideración hacia los demás. Su adolescente también puede tener fuertes rasgos intelectuales o de carácter que lo hagan destacar como persona. Resalte que su originalidad es algo que debe celebrarse en lugar de hacerlo sentirse excluido.

  • Desarrollar resiliencia y confianza en sí mismo puede ayudar a su adolescente a reconocer su capacidad para resolver problemas por sí mismo. Si le va bien en un examen o tarea escolar, puede hacer algo más que elogiarle. También puede recordarle la cantidad de tiempo que dedicó al estudio y la preparación. Esto le mostrará el valor de su esfuerzo por tener éxito en lugar de preocuparse siempre por el resultado.
  • Si su adolescente tiene un interés o aptitud particular, como el arte, la música o el atletismo, puede usar esto para ayudar a mantener su motivación. Mostrar el orgullo que siente y reconocer las recompensas de su dedicación reforzará su seguridad. Dominar cualquier tipo de habilidad desarrollará la autoestima y desviará la atención de su ansiedad. Recuerde que no se trata de intentar ser perfecto; el objetivo es que se esfuerce al máximo para tener éxito en función de sus capacidades.

Sea consciente de las expectativas que establece. A menudo, los adolescentes se sienten abrumados por las altas expectativas y la presión por alcanzar el éxito. Mantener objetivos realistas puede ayudar a guiarlo hacia la mejora académica sin aumentar sus ansiedades sobre las calificaciones y los resultados de los exámenes.

Muestre el valor de ayudar a los demás. Participar en actividades útiles que ayuden a los demás puede aumentar la autoestima de un adolescente y ser una distracción productiva y saludable de su ansiedad. Motívelo a buscar oportunidades de voluntariado en la comunidad de causas que le apasionan. Unirse a un grupo o club con otros adolescentes que comparten sus intereses también puede mejorar las habilidades sociales y brindar un sentido de pertenencia.

Cómo ayudar a un niño que tiene un ataque de pánico

Los ataques de pánico pueden ser muy aterradores, tanto para los niños que los padecen como para los padres que los observan. Suelen comenzar en la adolescencia, pero también pueden comenzar durante la niñez. Estos episodios pueden durar de 10 a 15 minutos, con una variedad de síntomas, como latidos cardiacos rápidos, sudoración, dolor en el pecho, mareos y sensación de asfixia. Puede instruir a su hijo sobre los ataques de pánico para que comprenda mejor por qué suceden y tranquilizarlo diciéndole que, aunque las sensaciones físicas pueden asustarle, no son perjudiciales ni ponen en peligro su vida.

[Lea: Ataques de pánico y trastorno de pánico]

También puede ayudar a su hijo o adolescente mientras sufre un ataque de pánico. Ser una presencia reconfortante y expresar empatía es un factor clave. Recuérdele que el ataque de pánico terminará en unos minutos e intente desviar la atención hacia distracciones más agradables. Hacer ejercicio, jugar, ver la televisión o practicar técnicas de respiración y relajación u otras cosas que le gusten pueden ayudarle.

Los niños pueden tratar de evitar ciertas situaciones, como ir a la escuela o salir de casa por miedo a tener un ataque de pánico. Pero motivar a su hijo a continuar con sus rutinas diarias relacionadas con la escuela y las actividades sociales puede ayudar a garantizar que el miedo a un ataque de pánico no interfiera con su desarrollo normal.

Cuándo buscar ayudar profesional

Si no observa una mejora suficiente en la ansiedad de su hijo o adolescente, puede ser el momento de buscar apoyo adicional de un consejero o terapeuta profesional.

La terapia cognitivo-conductual (TCC o CBT, por sus siglas en inglés) se recomienda con mayor frecuencia para tratar la ansiedad en niños y adolescentes. La TCC actúa cambiando la forma de pensar de su hijo para modificar sus comportamientos y emociones disfuncionales. El tratamiento funciona mejor cuando encuentra el terapeuta más adecuado para su hijo.

Aunque la TCC puede ser efectiva cuando se trabaja directamente con el niño, los padres también pueden incluirse en este método. La TCC con niños más pequeños suele ser más útil cuando se enfoca en los aspectos conductuales de la ansiedad. Las habilidades aprendidas en terapia pueden proporcionar a los niños y adolescentes valiosos mecanismos de afrontamiento en los que confiar a lo largo de su vida adulta.

[Lea: Terapia en línea: ¿Es adecuada para usted?]

Los medicamentos también se pueden usar para tratar la ansiedad en los niños. Los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS o SSRI, por sus siglas en inglés) son un tipo de antidepresivo recetado con mayor frecuencia para este propósito. Los medicamentos contra la ansiedad también pueden utilizarse en niños y adolescentes con formas más graves de ansiedad que alteran su funcionamiento diario.

Incluso cuando los medicamentos sean necesarios, a menudo se recomienda que los niños y adolescentes también busquen la TCC y desarrollen sus habilidades de afrontamiento para brindar una solución a largo plazo a sus problemas de ansiedad.

Líneas directas y apoyo

Línea de asistencia de NAMI: Son voluntarios capacitados para proporcionar información, referencias y apoyo a las personas con trastornos de ansiedad en EE. UU. Llame al 1-800-950-6264. (Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales) Grupos de apoyo: Es una lista de los grupos de apoyo en EE. UU., Canadá, Australia y Sudáfrica. (Asociación de Ansiedad y Depresión de América). Anxiety UK: Encuentre información, apoyo y una línea de asistencia especial para las personas con ansiedad del Reino Unido y sus familias. Llame al 03444 775 774. (Anxiety UK). Anxiety Canada: Proporciona enlaces a los servicios en las diferentes provincias de Canadá. (Asociación Canadiense de Trastornos de Ansiedad). Centro de ayuda de SANE: Proporciona información sobre síntomas, tratamientos, medicamentos y lugares de apoyo en Australia. Llame al 1800 18 7263. (SANE Australia). Línea de ayuda (India): Proporciona información y apoyo a las personas con problemas de salud mental en India. Llame al 1860 2662 345 o al 1800 2333 330. (Fundación Vandrevala).

Última actualización o revisión el febrero 23, 2024