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Enfermedad y discapacidad

Cómo prepararse para una cita médica

Estos son algunos consejos que dan los profesionales médicos sobre cómo prepararse para una cita, controlar la ansiedad y aprovechar al máximo el tiempo que esté con su proveedor.

Una de las cosas más intimidantes de ser paciente son las primeras etapas en la construcción de una relación con un nuevo proveedor de atención médica. Algunas preguntas subyacentes frecuentemente incluyen: ¿El médico entenderá mis inquietudes? ¿Al fin me dará un diagnóstico? ¿Me dará malas noticias? Las siguientes herramientas pueden ayudarle a mejorar la experiencia de su primera cita, preparar todo para que haya una comunicación óptima entre usted y el proveedor, y reducir la ansiedad que sienta como paciente.

Paso 1: reúna todos sus registros médicos antes de la consulta

Si es posible, traiga sus registros anteriores, especialmente si el nuevo proveedor está en un sistema hospitalario diferente. Legalmente, es mucho más sencillo que usted los obtenga a que el consultorio del médico lo haga. A pesar de que la mayoría de los sistemas de salud tienen registros electrónicos, no tienen ningún tipo de relación entre ellos.

Tener estos documentos a la mano le permite hablar, en persona, con el profesional clínico de salud sobre los problemas que usted reportó. Los registros más importantes que tiene que conseguir son:

  • informes de operaciones
  • informes de radiología (rayos X, tomografías computarizadas [TC o CT, por sus siglas en inglés]) que muestren una anomalía
  • análisis de sangre con resultados anormales
  • cualquier otro registro pertinente que muestre los diagnósticos o inquietudes anteriores

Además, si ha visitado a fisioterapeutas (FT o PT, por sus siglas en inglés), terapeutas ocupacionales (TO u OT, por sus siglas en inglés) y psicólogos, puede solicitar un resumen del tratamiento con objetivos y resultados. Algunos consultorios médicos pueden recibir estos documentos por correo electrónico e incorporarlos a su nuevo expediente.

Paso 2: proporcione información y un historial actualizado

Otra información esencial que puede tener preparada es una lista detallada de los medicamentos que toma actualmente, incluidas las dosis y la frecuencia con la que los toma. Asegúrese de incluir cualquier suplemento a base de hierbas o vitaminas que esté tomando. Esto es importante, porque los suplementos pueden producir interacciones farmacológicas o efectos secundarios no deseados de la misma manera que lo hacen los medicamentos tradicionales.

Además, proporcione toda la información de contacto de los proveedores de atención médica que le atienden actualmente. Si da su permiso, el nuevo médico puede hablar del caso con los demás miembros del equipo de atención que ya le atienden y proporcionar cartas de consulta para sus registros.

Además, es posible que desee elaborar un relato histórico de su afección médica desde su inicio hasta el día de hoy. Un relato año tras año de cómo ha evolucionado la afección o enfermedad puede incluir lo siguiente:

  • cómo han cambiado los síntomas (tanto si han aumentado como si hay remisión)
  • cómo ha respondido al tratamiento (si le ha funcionado o no)
  • qué disciplina clínica parece haber tenido un mayor efecto en su afección

Podría considerar hacer una copia de este relato y entregársela a su nuevo proveedor u ofrecerle hacérsela llegar por correo electrónico.

Paso 3: lista de inquietudes y consideraciones principales

Hacer una lista con antelación de los problemas más importantes que afectan a su vida le dará al profesional clínico una idea de su nivel actual de funcionamiento. Es fundamental destacar exactamente lo que no puede hacer (pero que solía poder hacer) día a día. Al explicar esto, le transmite a profesional clínico su interés por lograr el bienestar, la rehabilitación y la colaboración con su médico para elaborar un plan de acción.

Es más productivo proporcionar ejemplos específicos, resaltar el problema funcional/de discapacidad y el área objetivo que desea que el profesional clínico aborde. A continuación, se ofrecen algunos ejemplos:

Qué mencionar al dar sus ejemplos

No provechoso: «Las mañanas son difíciles para mí».

Provechoso: «Siento mucha rigidez por las mañanas, por lo que necesito levantarme una hora antes para llegar a tiempo al trabajo».
No provechoso: «Me duele mucho la espalda, me quejo mucho».

Provechoso: «Me ha dolido la espalda todos los días, por lo que dejé de conducir para ir a la tienda de comestibles y he tenido que pedir que hagan entrega a domicilio, a pesar de que se sale de mi presupuesto».
No provechoso: «Me siento mareado todo el tiempo».

Provechoso: «Los mareos hicieron que me cayera, por lo que mi cónyuge tuvo que instalar un asiento y un tubo de seguridad para que yo pudiera bañarme».
No provechoso: «Siento mucha depresión y ansiedad».

Provechoso: «Siento ansiedad al pensar que nunca podré volver a hacer mis actividades como antes y esto me hace sentir triste porque disfruto estar activo, cuidar de mi familia y trabajar».

Fije objetivos

Una vez que proporcione como máximo tres preocupaciones principales, se recomienda que también desarrolle algunas ideas para los objetivos que le gustaría tener como paciente. Los objetivos surgen de sus preocupaciones principales y son específicos y constructivos para que el profesional clínico pueda desarrollar un plan de acción para usted que sea alcanzable y relevante.

Por ejemplo, un objetivo no provechoso sería: «Quiero sentirme mejor nuevamente». Mientras que un objetivo provechoso podría ser: «Quiero poder caminar en el parque durante una hora sin sentir mareos ni náuseas».

Paso 4:

La mayoría de los pacientes manifiesta distintos niveles de ansiedad al conocer a nuevos profesionales de atención médica por diversas razones, entre ellas el miedo a ser malinterpretados, preocupaciones relacionadas con no ser tomados en serio y el poco tiempo asignado para conceptualizar la naturaleza del problema.

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Para superar la ansiedad, el primer paso es reconocer el estrés y establecer formas de controlar la ansiedad antes y durante la visita al consultorio. Si bien la ansiedad es absolutamente natural, puede arriesgar que piense con claridad, que haya una comunicación concisa, así como su capacidad para hablar por usted.

Algunas personas encuentran que llevar a un amigo, una pareja o un hijo adulto a la cita puede ser de gran ayuda para que les apoyen durante la misma. La ansiedad también dificulta asimilar la información médica, al igual que lo hacen el dolor y el malestar. Que otra persona tome notas puede hacer que sea mucho más fácil recordar las instrucciones del médico. Su acompañante también puede brindar información sobre el humor y el comportamiento del médico en caso de que la ansiedad engañe a su juicio.

Por último, un acompañante puede validar sus inquietudes y brindar ejemplos adicionales de sus niveles de funcionamiento que pueden ayudar a mejorar la ansiedad en torno a ser comprendido. Por ejemplo, su hijo adulto puede decirle al médico: «Mi padre siempre estaba haciendo proyectos en la casa, pero en los últimos seis meses lo he visto frustrado porque ya no puede ayudar».

También existen herramientas específicas que pueden ayudarle a controlar su ansiedad tanto antes como durante su visita. A continuación, le brindamos algunas opciones que puede practicar para prepararse para su cita:

1. Respire profundamente y prolongue sus exhalaciones

Con frecuencia, la ansiedad hace que respire rápidamente, lo que envía señales de activación a su cuerpo preparándolo para reaccionar de forma exagerada, y puede causar que hiperventile. La respiración profunda puede ralentizar este patrón de respuesta al levantar la caja torácica, lo que permite que el pecho se expanda y libere presión al descender.

Ejemplo de un ejercicio sencillo de respiración

Inhale durante cuatro segundos, contenga la respiración por dos segundos y exhale durante seis segundos.

La clave está en exhalar muy lentamente y no enfocarse demasiado en la inhalación. Vincular de forma consciente su cuerpo al ritmo lento de su respiración puede reducir la presión y ayudarle a disminuir los pensamientos hiperactivos.

2. Cree una conexión con sus sentidos

El objetivo de este ejercicio es reaclimatar su conciencia al momento presente y a su entorno, llevando su mente a un estado del ser más tranquilo. Cuando se concentra en el aquí y el ahora, tiende a recordar que no hay una amenaza importante ni un peligro inminente, y que está sano y salvo.

A continuación, se muestran algunas formas de concentrarse mientras está en el consultorio del médico:

Dese cuenta de los sonidos u olores en su entorno actual. ¿Qué oye? ¿Qué puede ver? Nómbrelos en su cabeza o dígaselo a la persona que le acompañe, o escríbalos en un papel o en su teléfono. Si tiene acceso a agua fría cerca, note la temperatura mientras sujeta la taza o la botella.

Contraiga y relaje los músculos. Los movimientos de liberación de la tensión muscular pueden conectarle con sus sensaciones en lugar de hacer que se concentre en su ansiedad y pensamientos negativos. Contraiga y relaje los puños, contraiga y relaje los bíceps, contraiga y relaje los hombros. Continúe haciendo esto con las partes del cuerpo accesibles.

Busque colores. Elija un color de su elección y busque alrededor objetos de ese color que haya en la sala en la que está y, luego, nómbrelos.

[Lea: Alivio rápido del estrés]

3. Tenga un diálogo interno positivo para calmarse

La repetición de mantras personales, oraciones o un diálogo interno para calmarse puede ser un recordatorio positivo de cómo ha superado con éxito la ansiedad o las dificultades en el pasado. La repetición puede ser breve o larga; al final, esto depende de usted y puede determinarse en función del tiempo que tarde en sentir alivio.

Ejemplos de un mantra: «Soy fuerte. Conozco mi cuerpo mejor que nadie». «La opinión del médico no me define».

Ejemplo de diálogo interno para calmarse: «He experimentado situaciones incómodas antes. Estoy a salvo y he superado otras citas médicas antes. Superaré esto».

Última actualización o revisión el agosto 21, 2025