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Inteligencia emocional

Cómo mejorar las relaciones en el trabajo con IE

¿Quiere mejorar sus relaciones con los compañeros de trabajo? Aprenda a desarrollar la inteligencia emocional para mejorar el espacio de trabajo de todos.

¿Por qué es importante la inteligencia emocional en el lugar de trabajo?

Necesitamos más la inteligencia emocional (IE) en el lugar donde es menos probable encontrarla: el trabajo. El lugar de trabajo sigue siendo el último bastión del culto al coeficiente intelectual (CI o IQ, por sus siglas en inglés) porque mucha gente sigue creyendo que el trato personal interfiere en la productividad.

En el trabajo, no tiene los lazos del amor que le motivan a llevarse bien con los demás como en casa. No tiene el beneficio de una historia compartida que le ayude a comprender lo que motiva a los que le rodean. Eso hace que sea aún más importante que tenga una forma de sintonizar con lo que necesitan las personas con las que trabaja aquí y ahora. Usted ya tiene esa facilidad: es la conciencia activa y la empatía que fluye de ella. Utilizar esos elementos de su IE puede ayudarle a alcanzar el éxito y a resolver problemas en el trabajo. Los líos de oficina, los problemas morales y la falta de cooperación no tienen por qué arruinar su vida laboral si sabe leer y responder a los sentimientos de la gente.

Los cuatro elementos de la inteligencia emocional

La inteligencia emocional se compone de cuatro elementos: autoconciencia, autocontrol, conciencia social y manejo de las relaciones. ¿Qué tanto conoce cada uno de estos recursos?

  1. Autoconciencia: la capacidad de reconocer sus emociones y el impacto de estas mientras utiliza los sentimientos para guiar sus decisiones. ¿Puede entrar en una habitación, conocer a un extraño, asistir a una reunión y percibir rápidamente que algo no es lo que parece? Anteriormente conocido como «intuición», este conocimiento instintivo se basa en la inteligencia emocional.
  2. Autocontrol: la capacidad de controlar sus emociones y su comportamiento y de adaptarse a las circunstancias cambiantes. ¿Puede controlar adecuadamente su ira, decepción o miedo para que sus emociones no interfieran en su capacidad para escuchar o resolver problemas? ¿Sabe cuándo necesita ayuda y puede pedirla?
  3. Conciencia social: la capacidad de sentir, comprender y reaccionar ante las emociones de los demás y de sentirse cómodo socialmente. ¿Puede darse cuenta de cuándo está incomodando sin querer a otra persona o cuándo alguien que sonríe está bastante molesto?
  4. Manejo de las relaciones: la capacidad de inspirar, influir y conectar con los demás y de manejar los conflictos. ¿Puede mantener la calma, la energía y la concentración ante la angustia de otra persona o durante una situación estresante? ¿Sabe dispersar los conflictos con humor o escuchando de forma convincente el punto de vista del otro?

Recuerde que todos compartimos las mismas emociones

Muchas organizaciones están paralizadas porque la gente dedica más tiempo a protegerse de amenazas reales e imaginarias que a trabajar. Cuando reina el miedo, se pierden horas productivas en intentos de mantener la ventaja, esquivar la ira del jefe o competir por un puesto. El hecho innegable de que algunas personas tienen más poder que otras en cualquier organización no tiene por qué abrumarle de miedo, siempre y cuando recuerde que todos compartimos las mismas emociones.

  • ¿Su jefe se hace el rudo porque teme que ser compasivo signifique ser débil?
  • ¿Sus empleados son taciturnos porque se sienten tan desanimados como usted si nadie les muestra aprecio por su trabajo?
  • ¿La persona de la oficina de al lado le contesta de forma grosera porque está tan preocupada como usted por los rumores de despidos?

Cuando recuerda que todos somos iguales a nivel emocional, resulta más fácil acercarse al jefe, pedir a un empleado que dé un poco más o comprender que la irritabilidad de un compañero de trabajo no es nada personal. Las emociones son grandes niveladores entre las personas; utilícelas para establecer lazos en lugar de romperlos.

Todos necesitamos sentirnos valorados y necesitados

¿Cuánto cree que duraría en un trabajo en el que no se sintiera valorado por los que le rodean? Independientemente del trabajo, cuando interactuamos con personas que nos hacen sentir valorados y atendidos, nos sentimos bien con nosotros mismos y nos sentimos inspirados para esforzarnos más, durante más tiempo y trabajar de forma más creativa. Y cuando hacemos que los demás se sientan valorados y atendidos, obtenemos el tipo de apoyo que necesitamos para hacer bien nuestro trabajo. Tanto si trata con un jefe, un empleado o un compañero de trabajo, mostrar agradecimiento tendrá un gran impacto.

Fomentar el trabajo en equipo, la cooperación y la empatía

Los psicólogos saben desde hace años que las personas que trabajan en equipo son más eficaces y productivas que el mismo número de individuos trabajando por separado. La empatía nos anima a todos a trabajar de forma cooperativa.

Si es usted un empleado…

Los empleados pueden evitar que se forme un ambiente tóxico de «sálvese quien pueda» ofreciendo su ayuda con empatía, permaneciendo atentos a las oportunidades de ceder cuando un asunto es más importante para otra persona que para ellos mismos y simplemente mostrando interés por el trabajo y la vida de los demás. Evite los chismes y formar grupos excluyentes. Ambos crean tensión y desconfianza, bajan el estado de ánimo y reducen la productividad.

Si es usted el jefe…

Haga que valga la pena que su personal se apoye y ayude mutuamente. Ofrezca bonos u otros incentivos por los logros grupales más que por los individuales. Por ejemplo, podría tener almuerzos cada viernes y festines periódicos de bagels por la mañana, a veces sin usted presente, para que su grupo se sienta libre de desarrollar afinidad comentando sus experiencias sobre el jefe. Ponga en marcha un programa de mentores que empareje a los nuevos empleados con los de mayor antigüedad. Utilice sus incisivos poderes emocionales para compensar las debilidades de una persona con los puntos fuertes de otra, y pronto todos se estarán impulsando mutuamente hacia nuevos horizontes.

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Confíe en sus sentimientos intuitivos

Nuestros sentimientos llegan antes que nuestros pensamientos, pero hemos aprendido a desconfiar de nuestra intuición en el lugar de trabajo. Como podrán atestiguar muchos inversores, expertos en marketing y diseñadores inteligentes, los éxitos en el mercado de valores, las grandes campañas mediáticas y el desarrollo de nuevos productos dependen a menudo de corazonadas. No siempre hay tiempo para la recopilación metódica de datos. Tampoco es siempre necesario. Sus corazonadas, después de todo, son el producto de una información emocional recopilada y ordenada al instante que le indica lo que más le importa en cualquier situación, lo que puede estar mal según sus experiencias anteriores y cuándo algo no es lo que parece ser.

Hacerles caso no es correr un riesgo tan descabellado como los secuaces del CI quieren hacerle creer. Suele ser la acción más inteligente y responsable que puede hacer. Puede que se encuentre con mucha resistencia, pero manténgase firme y siga sus corazonadas. Sin ellas se pierde la capacidad de cambiar de dirección, aprovechar las oportunidades y responder a las emergencias.

10 formas de trabajar de forma más inteligente

  1. Utilice su cuerpo para agudizar su mente. Además de adoptar buenos hábitos de salud en general, dedicar unos veinte minutos a hacer ejercicio una o dos veces al día le aporta energía, sensibilidad, paciencia, flexibilidad y creatividad a sus habilidades.
  2. Deles la bienvenida a los sentimientos, no solo a los pensamientos. Haga que la gente se sienta segura al decirle cómo se siente, y trabajará más y mejor. La gente dice la verdad a quienes no juzgan, no divulgan las confidencias y mantienen la compostura. Asegúrese de que esta característica describa su imagen en el trabajo.
  3. Establezca límites emocionales. La intimidad con un jefe, un empleado o un compañero de trabajo puede inundar el lugar de trabajo de recuerdos emocionales que hacen que los profesionales reflexivos y razonables pierdan su objetividad y provoquen el resentimiento de los compañeros que se fijan.
  4. No tome ninguna decisión basándose solo en los datos. Antes de entregar ese informe lleno de cifras o citar a una autoridad para respaldar sus recomendaciones, utilice su intuición. Deténgase y pregúntese cómo se siente respecto a la postura que está adoptando: es un hábito que le ayudará a sentir más seguridad y le garantizará que está actuando con integridad.
  5. Sea flexible. Prepárese para modificar los objetivos a largo plazo basándose en el conocimiento activo de cómo van los objetivos a corto plazo. Empeñarse en objetivos que ya no sirven a la organización hará que se retrase y se estanque en el pasado.
  6. Actúe con generosidad. Cuando un punto de conflicto signifique más para la otra persona que para usted (información que recibe a través de la conciencia y la empatía), ceda con amabilidad; se ganará la gratitud y el apoyo de su colega.
  7. Comience cualquier comentario negativo con uno positivo. Es mucho más probable que consiga que le escuchen con empatía si antes de criticar expresa su agradecimiento y antes de quejarse, su intención de cooperar.
  8. No guarde silencio cuando considere que algo es importante. Si un problema o un conflicto le está molestando a nivel visceral, esperar demasiado para hablar derivará en un desborde emocional. Cuando toma medidas, cambia su forma de sentirse respecto al problema, lo que tiene un poderoso impacto en su bienestar, aunque no obtenga la respuesta o el cambio que busca.
  9. Escuche con empatía. Utilizar sus emociones nunca le distraerá de la tarea que tiene entre manos. La empatía le proporciona una comprensión instantánea de lo que alguien está diciendo, así que no intente ahorrar tiempo planeando lo que va a decir mientras otra persona está hablando; eso no es escuchar con el corazón y los demás se dan cuenta.
  10. Asuma el riesgo de no tener una imagen perfecta. Las personas de alto rendimiento piden ayuda cuando la necesitan y admiten estar equivocadas cuando cometen un error. Luego siguen adelante, de manera eficaz y eficiente.

Conviértase en un mejor empleado

Incluso los que dirigen a otras personas suelen estar supervisados por otra persona, por lo que cualquiera puede seguir los siguientes consejos. Ser un buen empleado es principalmente una cuestión de hacer aquello para lo que se le contrató sin perder su propia integridad. Y si es como la mayoría de nosotros, también es una cuestión de salir adelante. Estas son algunas formas de hacerlo:

  • Cuando haya un problema, no guarde silencio. Sería genial que todos tuviéramos jefes con una alta IE, pero ni siquiera el jefe más empático tiene tiempo para averiguar o adivinar lo que usted siente. Las punzadas fuertes en el cuerpo que no desaparecen le indicarán cuándo no debe permanecer en silencio.
  • Sepa lo que quiere del trabajo. Si no sabe lo que quiere, no puede pedirlo. ¿Qué es lo más importante para usted en este momento de su vida y cómo espera que este trabajo cubra esas necesidades?
  • Conozca su rendimiento día a día. El acontecimiento profesional más desalentador es ser despedido sin tener idea de que ocurriría. Despidos aparte, casi nunca tiene por qué ser así. Si mantiene sus facultades mentales bien agudas y sabe que su trabajo mejora su bienestar, probablemente esté teniendo un buen desempeño y haciendo lo que es correcto para usted. Mientras mantenga la empatía suficiente para saber que también es lo correcto para su jefe y para la organización, nunca le tomarán por sorpresa.
  • Conozca lo que su jefe considera importante. Esto no siempre es lo que dicen que es importante. Sintonice con todo lo que sea una expresión de sentimientos: lo que el jefe hace en comparación con lo que dice, dónde parecen residir los propios miedos del jefe, cómo trata el jefe a otras personas. Esto con el fin de hacerse una idea de cómo satisfacer las necesidades del jefe en el trabajo. Con empatía sentirá un eco de las emociones de su jefe siempre y cuando esté poniendo atención.

Conozca los valores de la organización y cómo le hacen sentir

Cada organización también tiene una personalidad. Especialmente en un nuevo trabajo, mantenga los ojos, los oídos y el corazón abiertos para obtener información sobre el modus operandi de la organización. Necesita saber no solo cuáles son los objetivos de producción de la organización, sino cómo opera. ¿Es un ambiente donde se debe ir con vestimenta formal o casual? ¿Las personas platican de forma casual y espontánea o programan citas para hacerlo? ¿Los planes se hacen abierta o discretamente? ¿El estilo de la organización es conservador o atrevido? ¿Orientado a las personas u orientado al producto? ¿Cómo se trata a las personas cuando se van de la empresa? ¿Se contrata primero a personas del entorno de la empresa o siempre desde fuera? ¿Se notan la lealtad y la camaradería? ¿Los compañeros de trabajo se caen bien o simplemente se toleran?

¿En dónde encaja usted? ¿Le agrada aquello de lo que se da cuenta? Si no es así, ¿qué puede aceptar y qué le hace sentir físicamente incómodo? Saberlo le ayudará a navegar con éxito durante todo el tiempo que decida permanecer en esta organización.

Conviértase en un mejor compañero de trabajo

Ser un buen compañero de trabajo consiste en gran medida en contribuir a la moral del lugar de trabajo y al espíritu de equipo. Puede parecer preferible restringirse a uno mismo y limitarse a hacer su trabajo, pero las personas que intentan esa táctica a menudo descubren que tanto sus propios intereses como los de la organización resultan perjudicados. Por desgracia, cultivar buenas relaciones con sus compañeros de trabajo puede ser todo un reto. No todo el mundo le verá como un camarada y, a su vez, usted no sentirá que puede abrirse con y confiar en todas las personas con las que trabaja. Su intuición sobre las personas es crucial en estos casos. Estas son algunas formas de utilizarlo en su beneficio:

  • No haga suposiciones sobre las personas con las que trabaja. Es muy fácil proyectar sus prejuicios y sesgos en su lugar de trabajo. Puede que no tenga que llegar a conocer a sus compañeros de trabajo tan bien como a su jefe o a sus empleados, pero nunca aprenderá nada sobre ellos si empieza predisponiéndose a estereotipos como, por ejemplo, que los recién graduados universitarios son siempre arrogantes o que los casi jubilados son pesados; que las mujeres pueden ser manipuladas por las emociones y los hombres por la información. Deje que sus emociones le muestren lo que es único de cada quien.
  • No espere que nadie se comunique con un 100 % de honestidad. Algunas personas parecen incapaces de hablar claro en el trabajo. Tienen miedo, son demasiado educados, cautelosos y rara vez comunican su verdadera intención o le dan importancia a lo que dicen. Puede esperar a cometer varios errores para darse cuenta, o puede prestar más atención a lo que su cuerpo le dice que sienten y menos a lo que dicen. Confíe en su intuición sobre las personas. Esté especialmente alerta con las personas que puedan considerarle un competidor.
  • Prepárese para poner límites. Existe un límite en cuanto a la cercanía que querrá tener con un compañero de trabajo, pero eso no significa que no vaya a entablar o no deba entablar amistad en el trabajo. Si comparte los valores y objetivos de la organización y de sus demás empleados, es muy probable que encuentre amigos allí. Sin embargo, manténgase en sintonía con sus propios sentimientos para saber cuándo quiere ser un conocido y no un amigo íntimo. No deje que el chantaje emocional ni los líos de oficina le presionen para entablar relaciones que no desea. Si siente incomodidad con una relación, confíe en su corazonada y retírese. Si surge un conflicto laboral con alguien que ahora es un amigo íntimo, podrá saber por la intensidad de sus propios sentimientos y sus sentimientos empáticos dónde están sus prioridades.
  • Ofrezca ayuda; no espere a que se la pidan. Su generosidad no solo contribuirá a la camaradería y la moral en la oficina, sino que su sensibilidad hacia las necesidades de los demás le conseguirá su apoyo y lealtad en el futuro.
  • No se lo tome como algo personal. Recuerde que todo el mundo tiene sus propias intenciones, una vida personal y un estilo único de interacción. No tiene que tomarse el comportamiento de nadie como algo personal. Deje que el comportamiento de su compañero de trabajo despierte la empatía en usted y no la lástima. Puede entender cómo se siente sin dejarse consumir por la memoria emocional ni responsabilizarse de su angustia.

Conviértase en un mejor jefe

Le guste o no (y a muchos en puestos de supervisión no les gusta), si su trabajo implica dirigir a otras personas, le verán como el líder que debe llevar la batuta. Eso significa que, aunque ellos también hayan trabajado su IE, esperarán que usted inicie la acción, propicie la comunicación y establezca el estilo y el ritmo de las operaciones diarias.

[Lea: Cómo mejorar sus habilidades de liderazgo en el trabajo]

Esta es una forma en la que puede satisfacer sus expectativas para conseguir que satisfagan las suyas:

  • Anticipe los problemas de las personas. Utilice su empatía para conocer a sus empleados y cómo se interrelacionan. Con ella, comprenderá qué motiva a los individuos, qué relaciones se han formado e incluso la «personalidad» propia de la organización o el departamento. ¿Empezarán a caer las estadísticas al alza de su departamento ahora que se jubiló un mentor? ¿Una reorganización eliminará sistemas de apoyo fundamentales? ¿Encargar un proyecto a un consultor será un alivio o una ofensa para su personal? Cuanto más sepa acerca de cómo se sienten sus empleados, es menos probable que sus propias acciones causen estragos o resentimientos sin querer.
  • Sea la primera persona en hablar. Incluso si ha creado un ambiente seguro y abierto para la comunicación, algunas personas siempre se sentirán intimidadas por el jefe y no mencionarán un problema hasta que haya evolucionado a algo serio. Por eso es tan importante hablar con honestidad con su personal sobre los posibles problemas o cambios e invitarles a hacer comentarios. Si percibe el descontento de uno o varios empleados, intente abordar el tema de forma que alivie sus inseguridades, y luego respete su privacidad si aun así se niegan a hablar.
  • Deje claro que siempre tiene disposición a que los empleados se superen. Energizamos nuestro mundo laboral buscando las fortalezas en los demás. Los trabajadores tienen talentos ocultos que pueden utilizarse en beneficio de todos. Nada levanta más el ánimo que constatar el valor de los demás. Deje claro a sus empleados que usted acepta que lleguen tan lejos como puedan, y probablemente apuntarán más alto.
  • Ofrezca solo tanto como tenga intención de dar. No abra la puerta a comentarios si no tiene intención de escuchar de todo corazón. Nunca haga promesas de recompensas si no puede cumplirlas. No tenga sesiones de lluvia de ideas y diga a su personal lo brillantes que son sus ideas si nunca piensa poner en práctica ninguna de ellas. Las personas reconocen la palabrería cuando la oyen y no se esfuerzan mucho por aquellos en quienes no confían.
  • Flexibilidad y adaptabilidad del modelo. Si quiere que sus empleados sean emprendedores creativos que trabajen al máximo de su potencial, demuéstreles que la resolución proactiva de problemas es más importante que apegarse a planes y reglas rígidos. ¿Puede desechar una estrategia que no funciona sin preocuparse por cómo le hace quedar? ¿Puede reaccionar rápidamente a los informes de problemas de sus empleados? ¿Puede recomponerse y cambiar de estrategia sin demostrar nervios?
  • Cultive a los empleados, no los consienta. A pesar de lo que creen algunos directivos, usted puede escuchar a sus empleados y mostrar preocupación por sus sentimientos sin mimarlos. Recuerde, la empatía es diferente de la lástima, y debe permanecer en sintonía con sus propios sentimientos mientras intenta comprender los de ellos. Con una alta IE, podrá interrumpir una conversación íntima antes de que sea improductiva e interfiera con sus propios objetivos, sin ofender a su empleado. Podrá elogiar a las personas por un trabajo bien hecho sin temor a que ello derive en una relajación del esfuerzo de trabajo. Podrá equilibrar la necesidad de sus empleados de ser valorados con su necesidad de alcanzar objetivos. Su aceptación emocional evitará que se deje manipular por la angustia de otra persona.

Adaptado de Raising Your Emotional Intelligence: A Hands-on Program for Harnessing the Power of Your Instincts and Emotions (Cómo elevar su inteligencia emocional: un programa práctico para aprovechar el poder de sus instintos y emociones) por Jeanne Segal, Ph.D.

Última actualización o revisión el agosto 21, 2025