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Envejecimiento saludable

Una guía de residencias para adultos mayores

¿Es una residencia para adultos mayores adecuada para usted o un ser querido? Esta guía puede ayudarle a elegir un centro de enfermería especializada o un sanatorio que se ajuste a sus necesidades.

¿Qué es una residencia para adultos mayores o un centro de enfermería especializada?

Una residencia para adultos mayores es normalmente el nivel más alto de atención para adultos mayores fuera de un hospital. Las residencias para adultos mayores proporcionan lo que se denomina atención de custodia, al brindar ayuda para entrar y salir de la cama y asistencia para alimentarse, bañarse y vestirse. Sin embargo, las residencias para adultos mayores difieren de otras viviendas para personas mayores en que también proporcionan un nivel alto de atención médica. Un médico autorizado supervisa la atención de cada paciente y un enfermero u otro profesional médico casi siempre está en las instalaciones. La atención de enfermería especializada está disponible en el sitio, generalmente las 24 horas del día. Otros profesionales médicos, como terapeutas ocupacionales o fisioterapeutas, también están disponibles. Esto permite prestar procedimientos médicos y terapias en el sitio que no serían posibles en otras residencias.

A medida que nuestra población envejece, cada vez más personas se enfrentan a la idea de mudarse, ya sea a sí mismos o a un familiar mayor, a una residencia para adultos mayores o a un sanatorio. Puede ser una decisión que se toma de repente después de una hospitalización o de forma gradual, a medida que las necesidades se vuelven más difíciles de satisfacer en otros tipos de residencias. Decidir mudarse puede ser estresante, pero si aprende todo lo que pueda sobre las residencias para adultos mayores, puede aliviar sus temores y tomar una decisión que sea adecuada para usted o su familiar.

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Mitos y realidades sobre las residencias para adultos mayores

Si bien las residencias para adultos mayores brindan prácticas médicas y terapias que no están disponibles en otras opciones de vivienda para personas mayores, la etiqueta “residencia para adultos mayores” puede tener connotaciones negativas para algunas personas, por lo que es importante separar los mitos de los hechos sobre dichas residencias.

Mitos sobre las residencias para adultos mayores

Mito:

Si no puedo cuidar de mí mismo en casa, una residencia para adultos mayores es la única opción.

Realidad:

Hoy en día, existen muchas opciones para ayudar a los adultos mayores a permanecer en sus hogares, desde ayuda con las compras y la lavandería hasta servicios de cuidado y consultas de salud a domicilio. Si las opciones de cuidado a domicilio ya no son posibles, otras opciones, como la vida asistida, pueden ser una mejor opción si la necesidad principal es la atención de custodia en lugar de la atención médica especializada. Incluso si está considerando cuidados de hospicio, a menudo se pueden realizar en casa.

Mito:

Las residencias para adultos mayores son para personas cuyas familias no se preocupan por ellos.

Realidad:

Muchas culturas tienen la firme creencia de que es un deber de la familia cuidar de las personas mayores. Sin embargo, en el mundo actual, en el que las familias son más pequeñas, viven más separadas y las personas viven más tiempo con más enfermedades crónicas, puede que simplemente no sea posible. Considerar una residencia para adultos mayores para un familiar mayor no significa que no le importe. Si no puede brindarle la atención necesaria, es una decisión responsable buscar un lugar donde se satisfagan las necesidades de su ser querido.

Mito:

Las residencias para adultos mayores están mal administradas y brindan una atención pésima.

Realidad:

Si bien es fundamental investigar a fondo las residencias, así como visitar a su familiar con frecuencia, no es cierto que todas las residencias para adultos mayores brinden una atención deficiente. Cada vez hay más medidas de seguridad y la información sobre el personal de una instalación, así como las infracciones anteriores, están disponibles para el público, lo que puede ayudarle a tomar una decisión.

Mito:

Una vez que esté en una residencia para adultos mayores, nunca me iré.

Realidad:

A veces, una enfermedad o lesión progresa hasta el punto en el que necesitará tanto atención médica como de custodia de forma continua hasta el final de su vida. Sin embargo, muchas personas acuden a una residencia para adultos mayores por primera vez después de una hospitalización repentina, como por una caída o un derrame cerebral. Después de la atención de rehabilitación, es posible que pueda regresar a su hogar o elegir una opción de residencia más adecuada.

¿Cuándo debería considerar una residencia para adultos mayores?

Ya sea que usted y su familia estén afrontando una decisión rápida sobre una residencia para adultos mayores debido a un evento reciente o hayan estado afrontando una enfermedad progresiva que empeora, como el Alzheimer o el Parkinson, considerar una residencia para adultos mayores no es una decisión fácil. Las emociones como la culpa, la tristeza, la frustración y la ira son normales. Pero al analizar sus opciones de residencia, financieras y médicas, usted y su familia pueden tomar una decisión informada.

[Lea: Cómo hacer frente a una enfermedad que amenaza la vida]

Ya sea que la esté buscando para usted o para un familiar mayor, estas son algunas preguntas que debe hacer al considerar una residencia para adultos mayores:

¿Ha tenido una evaluación médica reciente? Si está considerando una residencia para adultos mayores como el siguiente paso después de una hospitalización, es probable que se la hayan hecho. Sin embargo, si está considerando mudarse de su hogar o de otra instalación, una evaluación más formal por parte de un equipo médico puede ayudar a aclarar sus necesidades y ver si otras opciones de residencia pueden ser una posibilidad.

¿Es posible satisfacer sus necesidades de forma segura en una situación de residencia diferente? Si necesita supervisión las 24 horas, o si corre el riesgo de deambular o de olvidarse de una estufa caliente, por ejemplo, un centro de enfermería especializada puede ser la mejor opción. Sin embargo, si sus necesidades son únicamente de custodia, un centro de vida asistida puede ser una mejor opción.

[Lea: Centros de vida asistida]

¿Puede su cuidador principal satisfacer sus necesidades? Los cuidadores a menudo tienen que hacer malabarismos con las necesidades del trabajo, sus propias responsabilidades familiares y su propia salud. No es posible que una persona esté despierta y atenta las 24 horas del día. A veces, otros familiares pueden ayudar a cubrir esa necesidad, o los programas diurnos, los servicios de cuidado a domicilio y los cuidados de relevo pueden proporcionar el apoyo necesario al cuidador. Sin embargo, puede llegar un momento en que las necesidades médicas se vuelvan demasiado grandes y los servicios de cuidado a domicilio sean insuficientes o demasiado costosos.

¿La necesidad de una residencia para adultos mayores sería temporal o permanente? A veces, una situación temporal puede cubrirse mediante cuidado a domicilio, o los familiares pueden rotar la atención a corto plazo. Sin embargo, si se espera que el nivel de atención sea permanente, esto puede resultar muy costoso o la cobertura puede no ser suficiente.

Residencias para adultos mayores vs. otros tipos de vivienda para personas mayores

Las residencias para adultos mayores brindan algunos de los niveles más altos de atención, tanto médica como de custodia. Si no está seguro de si usted o su ser querido necesita ese nivel de atención a largo plazo, obtenga más información sobre otros tipos de vivienda para personas mayores, incluido el cuidado a domicilio, para ver cuál se adapta mejor a sus necesidades.

Cómo manejar las emociones de mudarse a una residencia para adultos mayores

Mudarse puede ser una experiencia estresante, incluso en los mejores momentos. Mudarse a una residencia para adultos mayores puede traer consigo una amplia variedad de emociones difíciles adicionales.

Si usted es quien se muda

Está dejando atrás un lugar familiar y lleno de recuerdos. Si la mudanza a una residencia para adultos mayores se debió a una hospitalización, la transición puede haber sido abrupta y es posible que incluso no haya tenido tiempo de procesar lo que sucedió. Si a eso le suma el aumento de sus necesidades médicas y la disminución de su movilidad, mudarse a una residencia para adultos mayores puede convertirse en un momento muy estresante. Es posible que incluso se sienta enojado y abandonado por sus familiares, incluso si se da cuenta de que ya no pueden brindarle el nivel de atención que necesita. Estas son emociones perfectamente normales.

Acepte sus sentimientos. Todos necesitamos tiempo para adaptarnos y aceptar nuestros sentimientos. Intentar esconder la ira y el dolor (o negarnos a reconocer las dificultades de la transición) solo intensificará estos sentimientos.

Recuerde que no está solo en esto. Muchos de nosotros necesitaremos algún tipo de servicio de atención a largo plazo después de los 65 años. Y no hay nada de qué avergonzarse al admitir que necesita más ayuda de la que solía necesitar.

Sea paciente consigo mismo. Las pérdidas son una parte normal del envejecimiento y perder su independencia no es un signo de debilidad. Permítase sentirse triste o frustrado por los cambios en torno a su situación de vivienda sin mortificarse ni calificarse de fracasado.

Esté abierto a nuevas posibilidades. Si mantiene su mente abierta a nuevas formas de hacer la vida más fácil, podrá afrontar mejor el cambio en su situación. A veces, las nuevas experiencias y situaciones pueden llevar al desarrollo de nuevas amistades o encontrar nuevos intereses que nunca antes había considerado.

Si es un familiar quien se muda

Es posible que se sienta culpable por no poder cuidarle o triste porque su ser querido tiene que pasar por esta transición forzada. Cualquier alivio que sienta por el hecho de que su ser querido ahora reciba la atención que necesita puede verse atenuado por la culpa de que, de alguna manera, le esté decepcionando. Es posible que usted y otros familiares hayan estado discutiendo sobre si es necesaria una residencia para adultos mayores o sobre detalles como dónde debería estar ubicada o quién debería ser el punto de contacto.

Permita que su ser querido tome la iniciativa. En la medida de lo posible, la persona que se muda debe ser quien tome las decisiones sobre qué residencia para adultos mayores es la más adecuada. Siempre que sea posible, debe acompañarle en las visitas a diferentes residencias para adultos mayores, así como tomar las decisiones sobre qué llevar de casa y cómo personalizar su habitación. Si el adulto mayor no puede hacerlo, los familiares deben tratar de pensar en cuáles podrían haber sido sus deseos. Una cobija familiar, una imagen preciada o una pieza musical favorita, por ejemplo, pueden brindar consuelo incluso si el adulto mayor no puede verbalizarlo.

Ayude a su ser querido a afrontar la pérdida de su independencia. Anímelo a mantener relaciones con amigos y familiares y a mantener una mente abierta frente a nuevos intereses.

[Lea: Cómo ayudar a alguien que está en duelo]

Después de la mudanza, manténgase en constante contacto. Las visitas frecuentes de familiares y amigos ayudan a facilitar la transición de su ser querido. Incluso si vive lejos, las llamadas, cartas y correos electrónicos frecuentes pueden marcar una gran diferencia. Mantenga a su ser querido informado sobre los acontecimientos familiares tanto como sea posible.

Manténgase involucrado

El contacto frecuente no solo tranquiliza a su ser querido, sino que también le permite actuar como defensor de sus necesidades. Incluso si ha elegido la mejor instalación, debe asegurarse de que la atención que recibe su ser querido sigue teniendo los estándares más altos, por lo que debe visitarlo en horarios irregulares para realizar inspecciones sorpresa y conocer al personal. Cuanto más comprometido le perciban, más atentos serán con su familiar. Si la residencia para adultos mayores tiene un consejo familiar (un grupo de familiares y amigos que se reúnen de forma periódica para hablar sobre inquietudes y problemas), considere unirse.

Consejos para elegir una residencia para adultos mayores

Elegir la residencia para adultos mayores adecuada no es fácil y es posible que tenga que mudarse rápido debido a una hospitalización reciente o un deterioro de su salud. Mientras más información tenga, mayores serán sus posibilidades de encontrar la residencia adecuada.

Comience con referencias. ¿Su médico de familia o especialista tiene alguna recomendación? ¿O conoce a algún amigo que haya usado diferentes residencias? Conocer a alguien con experiencia de primera mano en una residencia para adultos mayores puede ayudarle a limitar sus opciones. Sin embargo, recuerde que sus necesidades pueden ser diferentes; no hay una solución única para todos.

Infórmese. Los recursos en línea de residencias para adultos mayores incluyen sitios de clasificación que utilizan datos estatales existentes para calificar las residencias para adultos mayores. En los EE. UU., por ejemplo, cada estado tiene lo que se denomina defensor de derechos en el cuidado a largo plazo, que puede ser un recurso valioso sobre la condición actual de una residencia para adultos mayores. Los grupos de apoyo para enfermedades específicas también pueden dar pistas para encontrar la instalación adecuada.

Considere sus necesidades médicas. Es posible que las distintas residencias para adultos mayores tengan más experiencia en distintas áreas. ¿Tienen experiencia en el manejo de su afección de salud específica?

Tome en cuenta la distancia. En general, cuanto más conveniente sea la ubicación, más fácil será para los familiares y amigos visitar la residencia para adultos mayores.

Planificar una visita a la residencia de adultos mayores

Las visitas son fundamentales para saber si una residencia es adecuada para usted. De la misma manera que con otras opciones de vivienda para personas mayores, son las personas las que hacen el lugar, tanto los residentes como el personal. En una residencia para adultos mayores, también deberá asegurarse de que la atención médica se brinde de manera adecuada y oportuna.

Qué buscar en el personal de una residencia para adultos mayores:

  • ¿Con qué frecuencia se rota el personal?
  • ¿Cuál es el nivel de dotación de personal durante la semana, los fines de semana y las noches? ¿Tienen tiempo para hablar con usted o parece que están apurados?
  • ¿Cómo controlarán su afección de salud? ¿Cómo se organizan los medicamentos y los procedimientos? ¿Y cómo se manejan las emergencias o los accidentes como las caídas?
  • ¿Parecen genuinamente interesados en usted y los ve interactuar con calidez con los residentes actuales?

Qué buscar en los residentes actuales y sus familias:

  • ¿Los residentes parecen felices y participativos? ¿O aturdidos en exceso y sobremedicados? ¿Lucen limpios y bien arreglados? ¿Parecen personas que le gustaría conocer? ¿Cómo le responden?
  • Intente observar las reuniones sociales, como las comidas u otras actividades. Si es necesario, ¿los residentes reciben ayuda oportuna para comer, así como para llegar y retirarse de las áreas de reunión?
  • Si ve a una familia de visita, puede preguntarles sobre sus impresiones de la residencia y cómo han tratado a su ser querido.
  • Pregunte si existe un consejo familiar operado por las familias de los residentes, y si podría asistir.

Qué buscar en una residencia para adultos mayores:

  • Limpieza. ¿Las instalaciones se ven limpias? ¿Huele a orina o a desodorantes fuertes que puedan estar ocultando el olor a orina?
  • Alimentos. ¿Qué tipo de comidas se sirven normalmente? ¿Tienen apariencia nutritiva y apetecible? ¿Cómo se manejan las dietas especiales? ¿Qué tipo de ayuda hay disponible con las comidas? ¿Tienen que consumirse a la misma hora o en un área común?
  • Disposición. Algunas residencias para adultos mayores se parecen más a un centro médico, mientras que otras ofrecen comunidades más pequeñas y áreas comunes con un ambiente más acogedor.
  • Actividades. ¿Qué eventos y actividades están disponibles para los residentes? ¿Se organizan también actividades al aire libre, si la salud lo permite?
  • Experiencia con su afección. Si un ser querido tiene Alzheimer, por ejemplo, ¿hay una unidad de cuidados especiales o personal y actividades especializadas? ¿Cómo maneja el personal los problemas de comportamiento, como la agitación o la deambulación?
Última actualización o revisión el agosto 21, 2025