

¿Le molestan esas sensaciones desagradables en sus piernas que le mantienen despierto por la noche? Conozca más sobre las causas del síndrome de piernas inquietas y cómo el autocuidado, los medicamentos y otros tratamientos pueden aliviar los síntomas.
El síndrome de piernas inquietas (RLS, por sus siglas en inglés), también llamado enfermedad de Willis-Ekbom, es un trastorno neurológico que causa sensaciones extrañas y desagradables de cosquilleo, dolor o comezón en las piernas durante la noche. La necesidad casi irresistible de mover las piernas cuando se acuesta o se relaja puede durar horas e impedirle dormir lo suficiente, lo que afecta gravemente su vigilia.
Cualquier persona puede tener el síndrome de piernas inquietas, pero es más común en adultos mayores y en mujeres. Los síntomas leves del RLS pueden empezar en la adultez temprana y aumentar con la edad. Después de los 50 años, los síntomas del RLS frecuentemente aumentan en intensidad y alteran el sueño de forma significativa. El síndrome de piernas inquietas también es común durante el embarazo (aproximadamente el 40 % de las mujeres embarazadas lo experimenta).
Aunque los estudios estiman que una de cada 10 personas sufre de piernas inquietas, no siempre es fácil encontrar ayuda y apoyo. Parte del problema es que resulta difícil de explicar y a las personas que lo padecen frecuentemente se les considera como «nerviosas». Las personas que no han experimentado estos molestos síntomas podrían no entender qué tanto pueden afectar la calidad de vida.
La buena noticia es que las investigaciones recientes han aumentado nuestro entendimiento sobre el síndrome de piernas inquietas, lo que ha llevado a mejores tratamientos. Si usted o su pareja sufre de piernas inquietas, existen muchas maneras de controlar y aliviar sus síntomas, incluidos cambios simples en el estilo de vida y remedios de autocuidado que pueden ayudarle a disfrutar de una noche de sueño tranquilo y reparador.
Si tiene síndrome de piernas inquietas, una noche típica es así: se acuesta en su cama, listo para dormir y, tan pronto su cuerpo empieza a relajarse, comienza el hormigueo, el cosquilleo o la picazón en las piernas. Intenta ignorar estas incómodas sensaciones, esperando que desaparezcan, pero, eventualmente, la urgencia de moverse es demasiada. Se levanta de la cama para estirarse y caminar de un lado al otro y, por un momento, siente alivio; sin embargo, en cuanto se vuelve a acostar, las sensaciones de inquietud en sus piernas comienzan de nuevo.
No solo los signos y síntomas del síndrome de piernas inquietas varían de persona a persona, sino que puede ser complicado explicarlos. Las descripciones más frecuentes incluyen: una sensación de «hormigueo desagradable», cosquilleo, picazón, pinchazos, ardor, jalón, tirón o dolor. Algunas personas han dicho que se siente como si se tuvieran insectos subiéndoles por las piernas, como si una soda con gas burbujeara por sus venas o como si sintieran una «comezón que viene desde el hueso». Algunos síntomas resultan dolorosos, pero, por lo general, solo son desagradables y molestos.
Malestar en las piernas combinado con una urgencia intensa de moverse: sensaciones desagradables desde el interior de las piernas acompañadas por una urgencia intensa y frecuentemente irresistible de moverlas.
El descanso detona los síntomas: Las sensaciones molestas en las piernas empiezan o empeoran cuando se sienta, acuesta o trata de relajarse.
Los síntomas se intensifican por la noche. Por lo general, el RLS se agudiza por las noches. En casos más graves, los síntomas comienzan más temprano durante el día, pero se vuelven mucho más intensos a la hora de dormir.
Los síntomas mejoran cuando camina o mueve las piernas. La sensación de alivio permanece en tanto siga moviéndose.
Tiene espasmos o da patadas mientras duerme. Muchas personas con RLS también padecen trastorno de movimiento periódico de las extremidades (PLMD, por sus siglas en inglés), que implica calambres o sacudidas repetitivas de las piernas durante el sueño.
Los síntomas del RLS pueden variar desde levemente molestos hasta severamente incapacitantes. Usted podría experimentar síntomas ocasionales, como en períodos de mucho estrés, o podría experimentarlos cada noche.
En casos graves del RLS, podría experimentar síntomas tanto en los brazos como en las piernas.
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Realice la evaluación HelpGuide es un apoyo para el usuario. Ganamos una comisión si se registra en los servicios de BetterHelp después de hacer clic en este sitio. Obtenga más informaciónLos expertos creen que tener bajos niveles de hierro en el cerebro podría causar el RLS. También se cree que un desequilibrio de dopamina es un factor que contribuye.
Alrededor del 60 % de las personas que tienen el síndrome de piernas inquietas tiene un familiar con el trastorno, lo que indica que existe un componente genético fuerte.
Una variedad de deficiencias de vitaminas y minerales está relacionada con el síndrome de piernas inquietas.
Hierro: se sabe que la deficiencia de hierro (anemia) causa el RLS, así que pídale a su médico una prueba para diagnosticar anemia. Sin embargo, la suplementación con hierro también puede mejorar los síntomas del RLS en aquellas personas que no padecen anemia.
Vitamina D. Estudios recientes demuestran que los síntomas del RLS son más frecuentes e intensos en personas con deficiencia de vitamina D. Su médico puede medir sus niveles de vitamina D con facilidad o usted puede, simplemente, proponerse exponerse más al sol.
Folato (ácido fólico). La deficiencia de folato se ha relacionado con el RLS, lo que explicaría por qué es más común que las mujeres embarazadas tengan piernas inquietas (el folato influye en un desarrollo fetal saludable). Cuando los niveles de ácido fólico son bajos, los niveles de vitamina B12 suelen serlo también, por ello, es posible que desee intentar suplementarlos con una vitamina de complejo B.
Hay muchos medicamentos comunes, tanto recetados como de venta libre, que pueden desencadenar los síntomas del RLS o empeorarlos. Entre estos medicamentos están los siguientes:
Sin importar la causa del síndrome de piernas inquietas, es importante que sepa que hay muchas formas en las que puede ayudarse.
Evitar los desencadenantes conocidos del RLS es un primer paso inteligente para superar el problema.
Controle el estrés. Los síntomas del RLS empeoran cuando siente ansiedad y agobio. Cualquier cosa que pueda hacer para controlar el estrés ayudará, esto incluye técnicas de relajación, como meditar y respirar profundo.
Reduzca o deje de consumir alcohol. Se sabe que el alcohol empeora los síntomas del RLS, así que tenga cuidado cuando lo consuma por la tarde. El alcohol altera el sueño, por lo que es más probable que despierte a la mitad de la noche y sienta las piernas inquietas.
No haga demasiado ejercicio. Si bien el ejercicio diario moderado puede aliviar de forma significativa los síntomas del RLS, es importante no excederse. El ejercicio extenuante a veces puede intensificar los síntomas del RLS, en especial cerca de la hora de acostarse, así que evite hacer ejercicio hasta el punto de que sus articulaciones o músculos duelan.
Deje de fumar. La nicotina es un estimulante que afecta el flujo sanguíneo a los músculos y puede empeorar el síndrome de piernas inquietas, por lo que es mejor evitar los cigarrillos, vaporizadores y cigarrillos electrónicos.
Experimente cómo se siente cuando consume cafeína. Para algunas personas con RLS, la cafeína es un desencadenante. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que, de hecho, podría beneficiar a otras personas. Para saber en qué grupo se encuentra, intente dejar de consumir café, té y bebidas energéticas y vea cómo eso afecta sus síntomas.
La actividad diaria, que incluye ejercicios aeróbicos y entrenamiento de resistencia para la parte inferior del cuerpo, puede reducir significativamente los síntomas del síndrome de piernas inquietas en la mayoría de las personas. Elija actividades que disfrute, especialmente aquellas que hagan hincapié en el uso de las piernas. Intente hacer ejercicio durante al menos 30 minutos la mayoría de los días, aunque no demasiado cerca de la hora de acostarse.
El ejercicio no tiene que ser intenso. Las actividades diarias simples, como caminar, frecuentemente pueden brindar todos los beneficios que está buscando. De hecho, el ejercicio muy vigoroso, como entrenar para una maratón, a veces puede ser contraproducente y empeorar los síntomas del RLS.
Los estiramientos simples pueden ayudar a aliviar los síntomas del síndrome de piernas inquietas. A continuación, se incluyen algunos ejercicios que le ayudarán a comenzar:
Estiramiento de pantorrillas. Estire los brazos de modo que las palmas de las manos estén planas contra una pared y los codos estén casi rectos. Doble ligeramente la rodilla derecha y haga la pierna izquierda hacia atrás uno o dos pies, colocando el talón y el pie planos sobre el piso. Quédese así durante 20 o 30 segundos. Ahora, doble la rodilla izquierda mientras mantiene el talón y el pie planos sobre el piso. Para un estiramiento más pronunciado, mueva el pie un poco más hacia atrás. Cambie de pierna y repita.
Estiramiento de la parte delantera del muslo. De pie en paralelo a una pared para mantener el equilibrio, agarre y jale de uno de sus tobillos hacia su glúteo mientras mantiene la otra pierna recta. Quédese así durante 20 o 30 segundos. Cambie de pierna y repita.
Estiramiento de cadera. Coloque el respaldo de una silla contra la pared para apoyarse y párese frente a la silla. Levante el pie izquierdo y apóyelo plano sobre la silla, con la rodilla doblada. (O intente colocar el pie en un escalón mientras se sostiene de la barandilla para mantener el equilibrio). Manteniendo la columna lo más neutra posible, presione la pelvis hacia adelante suavemente hasta que sienta un estiramiento en la parte superior del muslo derecho. La pelvis se moverá hacia adelante solo un poco. Quédese así durante 20 o 30 segundos. Cambie de pierna y repita.
Según una investigación publicada en el Journal of Alternative and Complementary Medicine, las mujeres con RLS que practicaron yoga redujeron sus síntomas y experimentaron menos estrés, un mejor estado de ánimo y mejores hábitos de sueño.
Los síntomas del síndrome de piernas inquietas pueden dificultar conciliar el sueño. Cuando no duerme lo suficiente, no solo se siente terrible, sino que es más vulnerable al estrés. El estrés y la fatiga pueden empeorar el RLS, convirtiéndolo en un círculo vicioso, por lo que hacer lo necesario para dormir lo suficiente es fundamental.
Intente dormir con una almohada entre las piernas. Esto puede evitar que los nervios de las piernas se compriman y ocasionar que se experimenten menos síntomas del RLS durante la noche.
Apéguese a un horario regular para dormir. Ayude a los ritmos naturales de sueño de su cuerpo acostándose y levantándose a la misma hora todos los días (incluidos los fines de semana).
Optimice su habitación para dormir. Asegúrese de que su cama sea cómoda experimentando con diferentes colchones, cubrecolchones de espuma y almohadas. Y trate de mantener su dormitorio oscuro (sin luces de dispositivos electrónicos), tranquilo y fresco.
Tranquilícese siguiendo una rutina relajante para la hora de dormir. Intente acurrucarse en la cama y lea un libro, escuche música relajante o tome un baño caliente (el calor tiene la ventaja adicional de aliviar las piernas inquietas).
Apague los dispositivos electrónicos de una a dos horas antes de acostarse. La luz azul de las pantallas (televisores, teléfonos, tabletas, computadoras) suprime las hormonas que promueven el sueño y estimula el cerebro.
Intente tomar un suplemento de magnesio. El magnesio puede mejorar el sueño, y algunos estudios han demostrado que es beneficioso para las piernas inquietas. Pruebe tomar un suplemento de magnesio (de 250 a 500 mg) antes de acostarse para ver si los síntomas mejoran.
Registrar los cambios en su dieta, estilo de vida, hábitos de sueño u rutina podría ayudarle a hacer conexiones útiles entre sus actividades diarias y la calidad de su sueño por la noche.
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A veces, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, los síntomas de piernas inquietas aparecen. Los siguientes consejos podrían ayudarle a encontrar alivio rápido:
Permanecer sentado durante demasiado tiempo puede empeorar los síntomas del RLS, así que trate de interrumpir los períodos en los que está sentado haciendo movimientos o estiramientos.
Si las estrategias de autocuidado no le brindan el suficiente alivio de los síntomas, entonces, podría beneficiarse del tratamiento médico.
Ningún laboratorio puede confirmar un diagnóstico de síndrome de piernas inquietas. Para diagnosticar el RLS, el médico deberá hacer lo siguiente:
Si una afección médica, como una deficiencia de hierro, diabetes o un daño a los nervios, está causando que sus piernas estén inquietas, tratar el problema subyacente podría aliviar los síntomas. Si no es así, es posible que se beneficie de los tratamientos con medicamentos o de otro tipo.
Existen varios tratamientos no farmacéuticos que han demostrado ser prometedores para tratar el síndrome de piernas inquietas.
Almohadilla vibratoria Relaxis. La almohadilla Relaxis aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) se coloca debajo de las piernas y vibra a diferentes intensidades durante períodos de 30 minutos para brindar contraestimulación a la sensación de piernas inquietas. Si bien no funciona para todos, el dispositivo parece ayudar a algunas personas que padecen el RLS a dormir mejor sin los efectos secundarios desagradables de los medicamentos. En los EE. UU., el dispositivo se ofrece solo con receta médica y se puede alquilar o comprar.
Estimulación eléctrica nerviosa transcutánea (TENS). De quince a treinta minutos diarios de terapia de estimulación eléctrica nerviosa transcutánea (TENS, por sus siglas en inglés) (que utiliza corriente eléctrica de bajo voltaje) parecen ayudar a las personas que experimentan muchos espasmos musculares. Puede comprar en línea una unidad de TENS portátil para colocar junto a la cama. Son relativamente económicas y no requieren receta médica.
Técnicas de liberación posicional. Un pequeño ensayo médico realizado en el Reino Unido descubrió que una técnica de ejercicio osteopático conocida como técnicas de liberación posicional (PRM, por sus siglas en inglés) podría beneficiar a las personas con síndrome de piernas inquietas. La PRM implica mantener distintas partes del cuerpo en una posición que reduzca la sensación de incomodidad y dolor.
Las terapias alternativas como la acupuntura, el masaje, la hipnoterapia y la reflexología también pueden ayudar a aliviar los síntomas del RLS.
Si tiene síntomas graves del RLS que no han mejorado con cambios en el estilo de vida u otros tratamientos, puede beneficiarse del uso de medicamentos. Sin embargo, ningún medicamento funciona para todas las personas con RLS. De hecho, un medicamento que alivia los síntomas de piernas inquietas de otra persona puede empeorar los síntomas que usted tenga.
Además, los medicamentos que se utilizan para tratar el RLS tienen efectos secundarios graves, por lo que es importante sopesar los beneficios frente a los riesgos.
Los siguientes tipos de medicamentos son los más utilizados para tratar el RLS:
Muchas personas con síndrome de piernas inquietas se dan cuenta de que los medicamentos que al inicio les funcionaban dejan de servirles con el tiempo. Por ello, es que lo expertos recomiendan también recurrir al autocuidado y a otros remedios para que sus probabilidades de aliviar eficazmente los síntomas a largo plazo sean las mejores.
Encuentre un médico en los EE. UU.: busque un médico en el directorio de proveedores de atención médica cuya especialidad sea el tratamiento del síndrome de piernas inquietas. (RLS Foundation)
Grupos de apoyo en los EE. UU. y Canadá: busque un grupo de apoyo para personas con síndrome de piernas inquietas en su área. (RLS Foundation)
Grupos de apoyo internacionales para personas con RLS: encuentre grupos de apoyo a nivel mundial. (RLS Foundation)
RLS UK: recursos de apoyo e información en el Reino Unido. (RLS-UK)
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